Capitulo 41: Travesuras.

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Camine por todas las bellas calles de New York, la gente me observaba pero me daba igual, llevaba mis zapatos en la mano, mis piernas me temblaban, mis labios estaban hinchados, todo el maquillaje de mis labios estaba esparcido, parecía un payaso, ni yo misma me quería ver, estaba hecha un asco, mi cabello que antes estaba ordenado en una cola de caballo, ahora estaba suelto, el moño estaba en mi bolsa, en fin, daba una impresión de que alguien me había atropellado pero resucité, llegue a la recepción del bendito hotel, lo único que quería era acostarme y no saber nada de nadie, cuando estaba en frente de la recepción, la chica que atendía se quedo atónica al verme, creo que le di miedo.

-Habitación, a nombre de Brittany Miller...-le dije, dios, mi voz, parecía ebria.

-S-si- decía mientras buscaba en el sistema, y no dejaba de verme- suite, 301, disfrute su estancia, Srita. Miller

Camine con la poca cordura que mi cuerpo tenia, llegue al elevador, una mujer tenía cargada a su hija, la niña de tan solo unos 5 años me vio con atención.

-¡Un payaso!

-Milly, mas respeto- decía la mujer y apenada me vio- Disculpa, niños, no saben lo que dicen, ¿Quieres un papel para limpiarte?

-Si, por favor

-Por dios mujer ¿Qué te paso?

-Sexo- le dije y las puertas del elevador se abrieron y salí, aquella mujer se quedo boquiabierta y le sonreí y me fui dejándola sola con su hija.

-¿Sexo?- pregunto la niña.

...

Cuando llegue a la habitación, justo enfrente de la puerta, toque varias veces, a los pocos minutos Simón abrió la puerta, en su mano traía una cerveza. Cuando me vio, su expresión cambio, arrugo su nariz, y la abrió totalmente.

-¿Qué tanto me ves, imbécil?- le dije y le arrebate aquella cerveza, siendo sincera tenía mucha sed.

-Esa es mi cerveza...-dijo.

-Era tu cerveza

Cuando llegue, la suite, por lo bueno, no estaba hecha un desastre, teniendo a Albert, podría entrar y ver una docena de prostitutas o elefantes, o bombas atómicas, o las paredes llenas de pintura y para mí sería lo más normal. En unas de las camas, Christian saltaba como un niño, al verlo, él dejo de hacerlo y se sentó apenado, Charlotte soltó una carcajada. No dije nada, estaba bastante cansada para discutir con ella.

-¿Qué hacen ustedes aquí?-pregunte, refiriéndome a Jeanette y a Charlotte.

-Cuando nos enteramos que Lucy y Sharon te consiguieron trabajo, decidimos verte, pero de hecho no vinimos del todo por eso, si no que Albert tenía una idea demasiado descabellada de venir a sorprenderte- comento Charlotte.

-Y vaya que lo hizo, mejor dicho, vaya que lo hicieron- dije.

-¿Ustedes iban con Albert?- preguntó Jeanette a Simón y Christian.

Simón asintió.

-¿Brittany?

Gire y en el balcón se encontraba cierto pelirrojo, este al verme hizo una cara de asco total, le mostré mi dedo de en medio. Camino hacia a mí.

-¡Vaya! ¿Qué te paso? Parece como si te hubiera pasado arriba un taxi- comenzó a reírse de su propio chiste, lo cual no me causo ninguna gracia.

-Gracias, Albert, necesito hablar contigo...

-Bien, vamos al balcón aquí hay mucha gente

Cuando llegamos, Albert se sentó en un sillón cama, tranquilo veía la ciudad, estábamos en el piso más alto del edificio. Obvio era una suite.

Chica Citadina EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora