Chica Citadina EN EDICIÓN

Capitulo 1: El Principio del Fin

Capitulo 1: El Principio del Fin.

 "¡Uno, Dos, Tres! ¡Juguemos en el bosque!"

Aquellas voces infantiles se escuchaban, el viento las movía y parecía que ese par de infantes se encontraban a una larga distancia de sus padres, pero no lo era o tal vez sea una visión óptica, tan solo los dos estaban ahí donde sus padres los observaban lentamente como aquellos niños se divertían corriendo uno tras otro. Un varoncito y la pequeña niña seguían al son del viento que movía las hojas de los arboles,  Mientras los dos niños se divertían, cuatro adultos también se divertían con cosas de gente mayor, charlar o beber un buen vino...

—Ya estuvo bueno, que alguien los detenga —decía una mujer castaña con una copa de vino en la mano— Tenemos que irnos y Albert no deja de correr con su hija —Victoria madre del pequeño se dirigió a la otra pareja que estaba frente de ella y de su espeso.

—Oh vamos Victoria solo son niños, solo quieren divertirse —decía su marido.

—¡James llevan toda la tarde así!

—Yo les diré que se regresen a la casa, Brittany tiene que tomar un baño, mañana volveremos a nuestra querida ciudad —Menciono el otro hombre alto castaño— Fue un gusto platicar con ustedes Sr y Sra. Seville

—Sí, esto de la charla con ustedes estuvo  entretenida— Menciono Olivia Miller, esposa de Edgar, dueño de aquella mansión.

El cuarteto decidió despedirse, e ir por sus respectivos hijos. La hora ya había llegado.

James y Victoria le hicieron una señal a su hijo de que este volviera a regresar a la casa, Albert algo decepcionado termino haciendo lo que sus padres le ordenaron, mientras que Edgar y Olivia hacían lo mismo con su hija, esta al darse cuenta hizo un berrinche como cualquier niña de tan solo 10 años.

—De acuerdo querida despídete de Albert  —dijo Edgar

—Adiós Albert  —dijo la pequeña niña pelirroja

—Adiós Brittany  —fue lo único que se atrevió a decir.

Brittany abrazo a Albert, este le correspondió el abrazo.

—Nunca olvides las travesuras que tú y yo hicimos, por ejemplo, llenar de lodo la sala de tu casa —dijo la pelirroja.

Ambos rieron.

—Jamás lo olvidare Brit

Los padres de los niños estaban conmovidos con aquella tierna escena, se notaba en la relación de amistad de Albert y Brittany, se conocieron cuando tenían 5 años, y justamente 5 años después tenían que despedirse, que injusto. La familia Miller tenía que volver a su ciudad, New York los esperaba, ya que en el lugar que se encontraban era un pequeño pueblo de Indiana, Estados Unidos.

Olivia tomo la pequeña mano de su hija, los Miller se despidieron de Victoria y James, estos últimos se dirigieron a su coche, mientras James tomo de los hombros a su hijo.

—Oh, ¡Espera!, no te vayas tengo un regalo para ti  —Albert se soltó de las grandes manos de su padre y se dirigió al otro matrimonio y en medio de ellos estaba su hija.

—Oh Albert, no es necesario  —dijo la chiquilla.

—Ten es para ti, mi mama me ayudo a hacerlo, ¿Te gusta? —decía con delicadeza el niño y le daba una pequeña cajita color crema.

Brittany abrió sus ojos azules entusiasmada al ver el obsequio de Albert, era un bonito moño color celeste, estaba precioso y mas su color era lo que llamaba la atención.

—Esta divino, gracias, pero espera, no te vayas, también tengo un obsequio para ti

Brittany se dirigió al coche de sus padres y saco su mochilita color rosa, de ahí saco una gorra color rojo vivo. Este al verla sonrió y solo le dijo un "Gracias"

Albert decidió estrenar su nueva gorra.

—Vaya me queda algo grande y también combina con mi pelo.

—No importa crecerás en ella y si combina con tu pelo  —empezó a reírse de su amigo de lo gracioso que se veía con su nueva gorra. Aquel momento no duro mucho, ya que ambas parejas volvieron a repetir que tenían que irse a sus respectivos destinos.

La pelirroja y sus padres subieron aquel carro de lujo, estaba precioso, color blanco, cuando los Miller se subieron por completo, la niña se asomo por la ventana y con su manita empezó a despedir a su amigo. Albert hizo lo mismo desde el carro de su padre que estaba del otro extremo de aquel enorme patio, ambos siguieron haciendo eso hasta que el carro de los Seville perdió de vista al coche contrario.

—¿Mama, crees que vuelva a encontrarme con ella? —dijo algo melancólico.

—No lo sé Al, el mundo a veces suele ser muy pequeño.

...

—Espero que un futuro, nos volvamos a ver Albert  —dijo Brittany en voz silenciosa, esas palabras se las decía solamente para ella, mientras apreciaba aquel moño.

—Es un bonito moño querida, se nota que Albert te aprecia mucho —decía su madre.

—Si es muy bonito, ¿Mama?

—¿Si?

—¿Volveré a ver a Albert?

—Posiblemente mi amor, todo puede pasar, este mundo es muy pequeño.

Al final de aquellas palabras sabias de su madre, Brittany guardo aquel moño en la mochilita rosada.