CAPÍTULO 5

62 4 1
                                    

El camarero me sirvió otro café que decidí saborear apaciblemente y tratando de permanecer lo más fría posible ante lo que pudiera ocurrir en unos minutos. Desde el ventanal tenía una posición privilegiada y si consideraba que no me convenía encontrarme con mi cita en el parque, pues permanecería allí dentro hasta que se marchase, si es que lograba reconocerlo.

Había algunos bancos ocupados por abuelos que pasaban el rato con sus nietos y padres jugando con sus hijos, de modo que estuve decidiendo cuál sería el más apropiado para poder estar a la vista de todos, ya que no era mi intención permanecer oculta con esa persona.

Todo esto era muy extraño y aunque no tenía ni la más remota idea de quién podría tratarse, tenía la impresión de que tal vez estuviera relacionado con Luke y Sophie. Qué casualidad que justo cuando me escribe y quedamos para veros, Sophie tiene que marcharse porque ha quedado con Luke para ir al cine. ¿Y si mientras ella va a casa a cambiarse él queda conmigo? ¿Pero qué diablos querría Luke de mí? Traté de prestar atención a lo que mi conciencia pudiera aconsejarme, pero al parecer hoy estaba algo distraída y no lograba ver la luz.

Normalmente soy bastante impaciente en todo tipo de situaciones, y en esta ocasión no iba a ser menos. Aún no habían pasado los diez minutos cuando decidí escribirle.

YO : Ya he llegado,- mentí- ¿dónde estás?

DESCONOCIDO: En el parque, ¿y tú?

YO : Yo también y no te veo.

DESCONOCIDO : Aria, cálmate. Esto no es muy grande. Hazme una señal.

¡Cómo se atreve!

Pagué el café y decidí salir a sentarme y ver qué ocurría. Respiré hondo y ocupé un asiento junto a la caseta y volví a escribir. Empecé a ponerme nerviosa.

YO : Estoy calmada- mentí.

DESCONOCIDO : No lo creo, mueves tu pierna derecha con bastante impaciencia y eso no es señal de alguien que está tranquilo.

¿¡ Cómo lo sabe !? ¿Querida conciencia, esto se puede considerar acoso?

Sinceramente Aria, no lo sé.

YO : Vale, ¿dónde estás ?

Estaba claro que jugaba con ventaja.

DESCONOCIDO: Ya te lo he dicho, en el parque.

Miré hacia un lado y al otro y no vi nada ni nadie nuevo desde el último minuto, pero era evidente que estaba allí. Suspiré profundamente, como si estuviera lista para comenzar una carrera de fondo, y decidí ponerme en pie, así estaría lista para salir huyendo si lo creía necesario.

DESCONOCIDO : No te agobies y, por favor, siéntate. Ya me acerco.

Y con eso dejó de estar en línea y no volvió a conectarse.

El corazón me latía a mil por hora.

-Hola - sonó una voz masculina a mi espalda. Me pareció grave, aunque no logré descifrar de quién se trataba. ¿Puedo sentarme?

Volví la cabeza para asentir y me sorprendí al ver que era él. Llevaba puesta la capucha de la sudadera y me costó reconocerlo en un primer momento. Parecía tener el cabello despeinado y  los ojos enrojecidos, al igual que sus mejillas. Había estado llorando, de eso no me cabía duda. De extraña manera eso lo hacía parecer increíblemente atractivo e irresistible. Más de lo que ya lo era.

Interesante reflexión.

- Mike - pronuncié con suavidad - ¿qué te ocurre?

- Yo... - murmuró sin apenas poder continuar. Me fijé en sus manos. Temblaban. Tenía los nudillos blanquecinos y apretaba sus puños.

No supe qué hacer, simplemente le tomé las manos y lo acerqué hacia mí con suavidad, hasta que su pecho quedó a la altura de mi cabeza.

- Tranquilo...

Lo invité a sentarse junto a mí y lo hizo sin soltarme las manos ,llevándolas a su cara, lo que me resultó conmovedor y, aunque normalmente me siento incómoda con el contacto físico de personas ajenas a mi entorno muy íntimo, en esta ocasión fue todo lo contrario.

Nos quedamos en silencio durante unos minutos y esperé a que él hablara, cuando estuviese lista y que me contara por qué me había citado allí y, sobre todo, me preocupaba saber por qué había estado llorando. Ninguno de los dos quiso interrumpir aquel momento, hasta que Mike se decidió.

- Aria, necesito pedirte perdón por mi actitud. Metí la pata y no me lo perdono - me dijo casi susurrando.

Me esforcé en bajar la cabeza para poder verle el rostro con claridad, que permanecía oculto bajo la capucha. Sus ojos, vidriosos, se me antojaron más bonitos que nunca.

-No te preocupes, Mike. Eso ya pasó- traté de calmarlo.

Él negó con la cabeza y volvió a cubrirse la cara con mis manos.

- Para mi no, Aria- suspiró-.Cometí un error y me prometí a mí mismo que no volvería a ocurrir, sin embargo no pude controlar mi ira cuando me encontré con Layla esa tarde. Quiero cambiar y dejar atrás al Mike de antes. Y quiero hacerlo por ti.

Aquellas palabras me hicieron sentir vulnerable, no supe qué responder, pero traté de recomponerme.

- ¿Qué te dijo esa chica para poder causarte tanto daño? - pregunté sin pensarlo. La prudencia no es lo mío. Mike levantó la cara y me miró por primera vez. Me contuve de llevarme las manos a la boca y taparla, por si volvía a tener la genial idea de meter la pata, pero mi cara habló por sí sola.

- Nada importante - dijo finalmente. Y no me molesta tu pregunta. Eres tan encantadora cuando te ves intimidada.

- No me intimidas - me quejé.

Él levantó su cabeza, incorporándose. Su pelo se veía incluso más despeinado, pero aún así hoy me pareció especialmente perturbador. Parecía pensativo y preocupado por algo. ¿Estará igual recién levantado?

Aria, ¿qué te está pasando? Me asustas.

¡Perdón, pero es que está guapísimo! Y me preguntaba si será así siempre...

Lo conoces desde hace muy poco y ya estás pensando en el sexo.¡De verdad! ¡ PERVERTIDA!

¡TU ERES PARTE DE MI! NO ME METAS A MI SOLA EN EL SACO.

Por una vez dices algo más inteligente que yo.

-¿En qué piensas ahora mismo? Mike interrumpió mis pensamientos.

¡Oh no!

En pasar la noche contigo...y despertarme contigo.

¡No, no voy a decirle eso!...aunque lo piense.

Serías demasiado estúpida si lo hicieras.

-Pues... -ay, Aria, improvisa- estaba pensando en que...ummm....podemos retomar el trabajo que dejamos a medias. ¡Eso es! En eso mismo estaba pensando- dije con aire triunfal sin resultar nada convincente. ¿ Y tú?¿ En qué piensas tú, Mike?

- ¿De verdad quieres saberlo?- preguntó apartando el cabello que caía sobre mis hombros.

- Por supuesto- aseguré sin saber siquiera lo que estaba diciendo.

De repente, sujetó mi barbilla con suavidad, inclinándola levemente. Se detuvo y me miró a los ojos, esperando mi aprobación, pero fui incapaz de mover un solo músculo. Acercó sus labios a los míos y me besó con pasión. Y yo hice lo mismo.

Aunque me cogió por sorpresa y por un momento incluso barajé la idea de separarme de él e interrumpir aquel momento mágico,  yo lo deseaba tanto como él. Así que sin pensarlo coloqué mis brazos alrededor de su cuello, sobre los hombros. Mike llevó sus manos hasta mi cintura y me apretó contra su cuerpo. Deslizó su mano derecha por la espalda hasta acariciar mi cuello, besando suavemente la comisura de mis labios. Se detuvo y colocó su frente contra la mía. Nuestras respiraciones agitadas, se mezclaron tras aquel beso apasionado.

- ¿Estabas pensando en eso de verdad? - pregunté sin despegar mi frente de la suya.

- No he hecho otra cosa desde que te conocí.


EfímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora