II. Castigo.

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II. Castigo.

Narración omnisciente:

Un joven peliverde de piel pálida y pecosa se encontraba en un lugar oscuro iluminado por luces que cada segundo cambiaba de color. Estaba en una especie de escenario dando vueltas y piruetas en una barra horizontal de pole dance como un profesional, mientras era observado con mucha perversión por varios adultos, villanos e inclusive héroes.

Después de siete minutos, el joven de cabello verde bajó del escenario donde se encontraba dando su show. Tratando de no tropezar con los billetes que había en el piso mientras se quitaba algunos de la ropa interior que llevaba. Al llegar a estar cerca del bar donde esperaba que le sirvieran un vaso con agua, pues se le era prohibido tomar mientras "trabajaba", se encontró con un héroe pelirrojo que lo esperaba con una sonrisa que solo significaba una cosa, no dormiría en casa.

—Gran espectáculo diste allá arriba, eres Deku ¿Verdad? — Preguntó y el peliverde asintió. —¿Cuánto quieres para pasarlo bien? — El héroe tomó al peliverde de la cintura.

—¿Con usted? ¿El héroe número uno? — Preguntó el peliverde mientras descaradamente posaba sus brazos alrededor del cuello del héroe y le sonreía coquetamente. —Quizás le haga un pequeño descuento Endeavor-san. —

El pelirrojo sonrió ampliamente y lo guio hacia la salida trasera donde lo hizo subir a un auto deportivo. Ambos ingresaron a la habitación besándose de una manera algo dura y pasional, sus labios estaban en una batalla, que por muy bueno que fuera, tendría que terminar en cualquier momento por el aire. No podía esperar porque empezará la verdadera acción. Con pasos torpes y en medio de besos candentes llegaron a una cama en el centro donde el pelirrojo lo arrojó a la suave superficie con algo de brusquedad, pero nada de eso importaba la excitación que ambos tenían era más que el dolor.

Ya en la cama el peliverde se quitó con rapidez sus diminutas prendas y las tiró a un lado de la habitación quedando completamente desnudo, el pelirrojo se quitó la camiseta dejando ver su muy marcado abdomen, al verlo el peliverde se mordió el labio inferior, se veía demasiado bien. Se iba a quitarse el pantalón, sin embargo, el pequeño peliverde lo detuvo con sus delicadas manos, tomó y abrió la hebilla de la correa de cuero café del adulto, lo bajó un poco y acercó su boca a la parte superior de su ropa interior. Con sus dientes la bajó dejando admirar el pene del pelirrojo con una altura de veinte centímetros y un diámetro de seis centímetros, o eso es lo que creía el peliverde. Él soltó una leve risa al observar como el prostituto más pedido en todo el local, a pesar de recién trabajar ahí por dos días, se detenía y admiraba su miembro.

—¿Estás asustado Deku? — Pregunto Endeavor, el peliverde dejo de ver el pene del pelirrojo y lo miro a los ojos.

Aquellas palabras lo dejaron en un tipo de trance, la imagen de un niño haciendo esa misma pregunta mientras un grupo de niños se reían ante él vino a su mente. Sus ojos, antes verdes y brillantes, ahora eran rojos, opacos y aquella sonrisa que el peliverde le dio era escalofriante, no negaría que se sentía temeroso de lo que podría pasar. Le causaba un tipo de confusión. Se alejó del peliverde al mismo tiempo que su erección bajaba. Se disculpó y sacando de su bolsillo su billetera, dejó un poco de dinero en algún lugar del piso cercano a la ropa del joven trabajador sexual.

De su cuerpo salieron unos delgados y escurridizos tentáculos, estas se clavaron en su cuello y muñecas haciendo que la sangre salga de los agujeros que dejaron los tentáculos, parecía una fuente. Le robaba la vida en ese instante. Se puso de pie y vio el cuerpo agonizante del adulto. Tomó con sus manos la cara del moribundo, el cual tenía su ceño fruncido.

—¿Sabes? Muchos de esos chicos que viste en ese lugar trabajaban ahí en contra de su voluntad, pero tú y tus amigos héroes simplemente ignoraron eso, se divirtieron, los vieron bailar y se los cogieron sin remordimiento. — Soltó un suspiro. —Considera esto como el perdón de tus pecados. — Besó sus labios mientras el cuerpo del pelirrojo brillaba y de su cuerpo salía una especie de humo rojo que entraba por la nariz del peliverde. —Te libero como ángel que soy. —

Ya no es un ángel  - Dekubowl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora