XX. Pacto de sangre.

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XX. Pacto de sangre.

Narración omnisciente:

Aizawa estaba durmiendo en su habitación, hasta que escuchó como su puerta estaba abierta, el azabache miró a la puerta abierta encontrándose con su hijo temblando de miedo. Se apresuró a sentarse en la cama y a abrir los brazos, el niño se acercó corriendo a refugiarse en estos.

—¿Qué pasó Kota? — Preguntó estrechando aún más en sus brazos al niño después de notar que este seguía llorando —¿Tuviste otra pesadilla? —

—No... Papá... yo... Es qué... — El niño soltó un suspiro antes de alzar su cabeza para mirar al adulto. —Creo que hay alguien en mi habitación. — Susurro.

—Oh, ¿Quieres que vaya a decirle que se aleje de tu habitación? — Le pregunto susurrando, el niño negó con la cabeza, sabía que el adulto no le creía.

—Dijo que quería dormir ahí, me obligó a salir de la habitación. — Explicó con un tono bajo y algo serio, cosa que hizo reír internamente al adulto, pensaba que su hijo tenía una buena imaginación.

—¿Sabes quién es? — El niño negó la pregunta. —¿Quieres quedarte a dormir aquí? — Él asintió. —Bien Kota, vamos a dormir...—

Eran por lo menos las diez de la mañana e Izuku ya se encontraba corriendo y no por entrenamiento, ojalá fuera eso, lo estaban siguiendo. Se le estaba haciendo ya una pésima costumbre, eso de correr para salvar su vida, una fea costumbre en su opinión, pero esta vez no corría de personas a las que estafó, corría de un ladrón. Alguien preguntó por la hora y cuando se negó a decirle sacó una navaja. Pudo haberle dado su merecido, pero había muchas personas cerca, personas que probablemente creían que era hijo de All Might, no iba a quedar mal, no podía hacerlo.

—¡Déjame en paz, maldita escoria humana! — Le gritó el doncel corriendo hacia un callejón para luego saltar un basurero y subirse al techo de un local de aquella calle. —Por favor, dios, yo nunca te pido nada, pero que detrás de mí no esté ese odioso ser. — Pidió en un tono bajo para después voltear la cabeza, soltó un pequeño grito al ver cómo el ladrón seguía siguiéndolo. —¡Por eso nadie cree en ti! —

—Vaya, vaya, vaya ¿Ya no hay caballeros? — Preguntó una voz bastante conocida por Izuku, volvió a voltear su cabeza, esta vez parando de correr encontrándose con un héroe.

—¿Y tú quién demonios eres? — Gritó el ladrón deteniéndose de seguir al peliverde.

—¿Qué tal? Soy tu amigable vecino, Cellophane. — Se presentó el héroe alzando sus brazos con cierta alegría.

—¿Cellophane? ¿Qué clase de nombre de mierda es Cellophane? —

—Sí, sí, ya cállate. — El héroe le lanzó sus cintas al ladrón desde la boca hasta las rodillas. —Espero no tengas compromisos, amigo. — Se intentó burlar del ladrón, miró al doncel y sonrió debajo de su máscara. —¿Cómo llegaste hasta aquí? —

—Un mago jamás revela sus secretos. — Guiño uno de sus ojos verdes mientras sonreía, ocasionando que el azabache suelte una leve risita.

—Para suerte tuya o mía, soy un excelente mago ¿Qué te parece si me cuentas cuando termine de llevar a este saco de mierda a la comisaría? —

—Claro, de todas maneras no tengo nada más que hacer. —

—¿En serio? — Preguntó cargando con uno de sus brazos al ladrón. —Un doncel tan lindo como tú de seguro tiene muchas cosas que hacer. —

—¿A qué clases de cosas se refiere, Cellophane-san? — Ambos bajaron hacia el piso, empezando una caminata hacia la comisaría más cercana.

—Ya sabes, citas con pretendientes o parejas. —

Ya no es un ángel  - Dekubowl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora