Ahogada

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Jessica Jones

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Jessica Jones

Una semana después, me sentía igual de mal.

Las pesadillas volvieron, llevo ojeras todos los días y apenas puedo levantarme de la cama, aunque lo he hecho de todos modos.

Me he concentrado mucho en el local para tener mi propia exposición de arte. Y cuando digo concentrado, me refiero a una pequeña obsesión. 

Me despierto muy temprano, si es que llegué a dormir durante esa noche, me voy con mis guardaespaldas al local y me quedo hasta muy tarde por la noche ordenando y terminando de organizar cosas. Casi siento que lo hago para mantener mi cabeza ocupada y no pensar en nada.

No quiero pensar, no quiero recordar nada. Solo quiero olvidarme de todo.

Justo ahora es de noche y estoy intentando pintar algo en un lienzo en la habitación con acuarelas.

Escucho como la puerta se abre, pero no hago nada.

Muevo el pincel de un lado a otro, intentando combinar colores, pero solo resultan cosas horribles. No estoy inspirada, solo intento mantener mi cabeza despejada de otra forma. Necesito dejar de pensar en todo lo que está mal, en la forma que duele...

Lanzo el pincel molesta.

—Jess.

Trago grueso al escuchar la voz de Jaden, pero entonces una idea iluminó mi cerebro. 

Una forma que probablemente sea muy efectiva para poder despejar mi mente y dejar de pensar.

Me pongo en pie y me giro a verlo.

—¿Qué pasa?— pregunta por mi agresión hacia el pincel mientras se quita la corbata, cansado por haber trabajado todo el día.

Niego con la cabeza— Nada... no estoy inspirada, es todo.

—Ya te llegará la inspiración— dice lanzando la corbata a la cama— Te extrañé— susurra dejando un beso en mi frente.

—Igual yo.

—Iré a darme una ducha.

Asiento mientras entra al baño de la habitación. 

Me miro a mi misma, solo llevo puesta mi ropa interior y una remera de Jaden.  El verano está comenzando, ha hecho calor y quería estar cómoda. 

Luego de un par de segundos, simplemente camino y entro al baño dejando la puerta abierta.

—¿Jaden?— lo llamo, él no tarda en correr la cortina y me mira preocupado.

—¿Todo bie-

Lo interrumpo acercándome a él y estampando mis labios con los suyos, camino hacia adelante entrando a la ducha sin poder evitarlo y su espalda choca contra la cerámica. El agua caliente cae sobre mi... finalmente siento que logro despejarme de todos los pensamientos malos. Solo estamos Jaden y yo... nada más.

Nuestra Debilidad || #3 Trilogía NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora