EPÍLOGO: El futuro que había soñado

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Jaden Tremblay

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Jaden Tremblay

—¿Eh? Nuestro departamento queda por la otra calle— le dice Jess a Trevor, quien nos fue a buscar al aeropuerto.

Finalmente hemos llegado a Chicago luego de haber viajado durante dos meses. 

Fue un viaje genial, fui extremadamente feliz estos dos meses con Jess, definitivamente volveremos a hacer un viaje como este, pero aún así, es bueno volver a casa... con los amigos y eso.

—Nuestro hogar... queda por aquí— digo en un tono bajo, mi esposa se gira a verme de inmediato, casi molesta.

—¿Cómo dices?

Sonrío como un angelito.

—He comprado una casa.

—¿Cómo dices?— pregunta sorprendida, abriendo mucho sus ojos. Sonrío al verla así, no puedo evitar fijarme en sus ojos brillantes entornados con molestia y la tez de su piel arrugada en el área de la nariz, la cual está más tostada por los días en Latinoamérica.

—Antes de irnos... compré aquella casa que te mostré en un folleto.

—¿Qué? Dios, pensé que luego de que pasó... eso, no la compraríamos.

—Me pareció una buena forma de dar inicio a nuestro matrimonio... en un lugar nuevo, donde...

No me deja terminar y estrella sus labios contra los míos, cuando se aleja la miro confundido.

—En serio que a veces tus cambios de humor me dejan de cabeza.

Sonríe—Lo siento, solo estaba sorprendida... pero me gusta la idea.

—Y a mi.

Veinte minutos después entramos al condominio y Trevor se detiene enfrente de aquella casa, me giro a ver a Jess, concentrándome en su reacción.

—Esto... se ve mucho más grande que en el folleto... ¿Esto es una casa? Jaden, parece una mansión.

—¿Te gusta o no te gusta?

—Me encanta, está hermosa.

Sonrío— Vamos a verla por dentro.

Ayudo a Trevor a bajar algunas maletas y las dejamos en la entrada de la casa. 

Abro la puerta y entonces...

—¡BIENVENIDOOS!

Jess y yo nos sobresaltamos cuando vemos a Leila, Erik y a Peter enfrente de nosotros, con algunos globos y serpentinas.

¿Es en serio?

—¿Qué? Esto es ilegal, ¿Cómo entraron?— les pregunto y los tres ven a Trevor detrás de nosotros, él estuvo cuidando la casa.

Me giro a verlo y Trevor sonríe inocentemente.

—Vale, da igual.— suelto finalmente.

—¡Brownie!

Nuestra Debilidad || #3 Trilogía NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora