Hay pasión.
Hay amor.
Jaden se sacrificó por Jessica.
Jessica se sacrificó por Jaden.
Hacen lo que sea uno por el otro.
Porque son su debilidad. Nuestra debilidad.
Así somos nosotros.
Todo se desmoronó. Esta vez ninguno de los dos tomó una decisión...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jessica Jones
Estas últimas cuatro semanas Jaden ha estado actuando de forma muy extraña.
A veces llega tarde y nunca me dice por qué, además en algunas ocasiones le he pillado mintiéndome.
No lo sé, por ejemplo ayer me dijo que salió muy tarde de la oficina y luego se vino directo al departamento y eso fue a las diez de la noche, pero cuando hablé con Peter a las ocho, me dijo que Jaden ya se había marchado.
¿Por qué me mentiría?
¿Qué tendría que hacer que yo no pudiera saber?
Suelto un suspiro y niego con la cabeza. Tengo que dejar de carcomerme la cabeza y simplemente confiar en él.
Me pongo en pie de la cama, estaba pintando algo en un lienzo, pero ya debo ir con mi terapeuta y aún no me he arreglado.
Me miro al espejo y sonrío un poco, levanto un poco la remera de Jaden que llevo puesta y veo la pequeña panza que se forma en mi vientre bajo.
Si, ya tengo panza. Es pequeña, pero ahí está.
Paso la yema de mis dedos por la piel de mi vientre.
—Ya quiero conocerte— susurro.
Me bajo la remera y me dirijo al baño, luego de tomar una ducha me visto y arreglo rápidamente.
Salgo del departamento y bajo por el ascensor, cuando salgo del edificio Trevor y Landon se acercan a mi de inmediato.
—Buenos días, señorita Jones— me saluda Trevor y yo sonrío.
—Buenos días— respondo.
Trevor me abre la puerta trasera del auto, entro y luego se sube al asiento del copiloto. Landon es quien conduce.
Ir a las sesiones con la señora Driorson me ha hecho muy bien, ella es muy agradable y es lindo tener a alguien que intente ayudarme de una forma profesional, pero aún así no logro sentirme mejor. Las pesadillas no se han detenido y a veces pienso que no podré superar esto en un buen tiempo.
Una vez en el lugar, la señora Driorson no tarda en hacerme pasar a su oficina.
—Buenos días, Jessica— me saluda, le sonrío y me siento en frente de ella.
—Buenos días, señora Driorson— digo y me mira mal— Lo siento. Sandra.
Asiente— Bueno, ¿Cómo te ha ido esta semana?
—La verdad... no han cambiado muchas cosas, las pesadillas han continuado y... Jaden y yo estamos muy cansados. Odio que él tampoco pueda estar durmiendo bien por mi culpa.
—¿Y el contenido de tus sueños cambió?
—No, sigue siendo lo mismo. Adam entrando a mi habitación por las noches, Kaira traicionándome y el sueño termina con la silueta de Verónica acercándose a mi. Hay otro sueño que se me repite donde me veo a mi misma dentro de esa habitación intentando escapar. La habitación está a oscuras y no veo ningún rayo de luz... tal como era.
