Entramos a la plaza por Sanborns para comprar unos libros y otras cosas que mi madre necesitaba; perdí de vista a Kevin supongo fue al baño o algo así.
-¡Hey Pavlova!- gritó Kevin -Corre.
-¿Dónde estás, Kevin?- Dije algo fuerte pero no gritando como él.
-Estoy en los lentes de sol, ven a ver esto.
Fuí rápido a donde él antes de que siguiera gritando y los de seguridad nos sacaran de la tienda, como otras veces ya me ha pasado por culpa de Lucas.
-¿Qué sucede? ¿Por qué gritas? Nos van a correr de la tienda por tu culpa.- le dije sin poder evitar reír.
-Shh calla.- dijo él poniendo su dedo índice sobre mi boca.
-A mi no me shoshees, ya díme qué sucede; aún tenemos varias cosas por comprar y...- decía pero Kevin me interrumpió tapándome por completo mi boca.
-Mira a ésa chica, es muy hermosa, tiene unos ojos preciosos y una linda sonrisa...- decía él pero yo solo lo veía y tenía un brillo muy bonito en sus ojos mientras describía a la chica.
-Debe ser la chica que le gusta- pensé.
-Ahorita la veo- le dije dando media vuelta -Deja voy a seguir buscando lo que pidió mi mamá; antes de que se haga más tarde.
-No, tienes que verla ahora.- dijo y me tomó de los hombros y me giró hacia el frente.
-Ja~ja~ja- le dije sarcásticamente. -Que gracioso neta eh.
Había un espejo frente a mi, -entonces- pensé -la chica de la que él hablaba ¿soy yo?- Y volteé a verlo con una cara de duda.
-¿Qué ganas al hacer esto, Kevin?
-Sólo que sonrías y que te pongas roja del color de una cereza.
-Claro que no me pongo así- le dije entrelazando mis brazos -es sólo que...- le decía pero puso su mano en alto y sacó su celular; seguro lo tiene en vibrar porque no escuché que sonara -aguarda- dijo él -es mi mamá y debo contestarle, no tardo rojita.
Se alejó a unos cinco pasos de donde estábamos; sólo veía cómo se movía de izquierda a derecha tardó como 10 minutos al teléfono y regresó algo triste.
-Mi madre quiere que regrese a casa a más tardar a las 20:00- dijo él bajando la cabeza.
-Hey tranquílo- le dije tomándolo del brazo -podemos comprar rápido lo que falta y nos vamos a caminar un rato a Ciudad Universitaria.
-Bueno, ¿Qué es lo que hace falta por comprar?- dijo él guardando su celular y quitándome la lista; -sólo falta comprar fruta de cera, unas velas, unos candeleros y ¿Qué dice aquí? ¡Oh si! Unas copas- volteó a verme con una cara que mata de risa -¿Cómo mierda nos vamos a llevar una caja de copas en el bús?
-Es cierto- le dije recargándome en el mostrador; -pero, ¿Qué podemos hacer? No traemos auto.
-Podemos tomar un taxi o llamamos a Lucas haber si puede venir por nosotros.
-Mejor le llamamos a Lucas, el taxi nos va a salir algo caro.
-Bueno; y ¿Dónde vamos a comprar lo que falta? Aquí solo veo copas pero no fruta de cera, velas y mucho menos candeleros.
-Mi madre dice que, si compras algo caro sale mejor que algo económico; vamos a demostrarle que no.- Me eché a correr a donde estaba lo de cristal por las copas.
-Tengo las copas- le dije a Kevin sosteniendo en alto la caja.
-No las vallas a tirar, Mayers.
Le di la caja a él porque pesaba un poco, taché de la lista las copas y sin decir nada a Kevin me fuí a donde estaba un policía.

ESTÁS LEYENDO
KEOVA
Fiksi RemajaPavlova, una chica mexicana de diecisiete años que un día conoce a Kevin cuando estuvo a punto de atropellarla y se da el clásico "amor a primera vista". Ellos creen que antes de ése día no se conocían pero el pasado dice más. Los secretos que tuvie...