Capítulo 32.

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---Venimos a despedirnos---. Dijo Katya en tono burlón ---Ojalá te diviertas en tu viaje---. Continuó Daniella, la hermana de Kevin.

---Créeme si te digo que me irá muy bien.--- Les respondí al terminar de ponerme los zapatos ---Además, todo será por un bien---. Finalicé en medio de ellas.

---Es que es difícil de creer que estés bien--- dijo Katya ---Después de que tu primer novio te haya visto la cara, haya jugado contigo porque su padre se lo pidió y no le importó lastimarte pero sobretodo sabes que fingió quererte debió ser una tortura para él, igual al besarte no sé cómo se aguantó las ganas de vomitar; pero en fin, ahora está conmigo igual que antes.

---¿Te digo algo? No me interesa, ¿crees que él me lastimó? Por favor, crecí sola, la única persona que estuvo para mí fue Lucas y sinceramente no necesito de nadie más para ser feliz y lo de vomitar cuando me besaba supongo que usó lo mismo que cuando te besa a ti.

---Pero supimos que Lucas también te traicionó---. Dijo Daniella soltando una risita.

---Tampoco me importa, como ya dije, no necesito de nadie para ser feliz. Ahora vállanse de mi casa---. Finalicé.

---Pronto no será más tu casa, querida.--- dijo Katya pasando junto a mi. Iba detrás de ellas y vi que Lucas estaba parado afuera de mi casa. ---¡Por cierto!--- grité y ellas voltearon, Lucas se dio cuenta y se escondió detrás de la camioneta. ---Me gustan tus zapatillas Katya.

---Lo sé, son perfectas; aunque claro, tú no sabrías lucirlas porque a pesar de que intentes vestirte bien siempre te verás mal.

---Por supuesto, aprendí de ti---. Finalicé y le lancé un besito. Ella bufó, dio media vuelta y caminó rápido con Daniella atrás para subir al auto donde su chofer las esperaba.

Lucas salió del escondite y se quedó con la boca abierta ---¿y ese milagro de que te vistes así para un día común?--- preguntó viéndome de arriba hacia abajo.

---Simplemente quiero un cambio.--- Le dije acercándome a él para saludarlo. Aún no estaba lista para confiar en él, ya que no sabía si había sido cierto o mentira lo que dijo. ---¿Vamos a la plaza? Tengo ganas de una hamburguesa enorme---. Asintió y caminamos hacia la plaza.

Normalmente en nuestro camino iríamos jugando, empujándonos, gritando y corriendo; pero algo nos tenía así, distantes y en silencio.

---¿Qué tienes Lova?--- preguntó Lucas parándose frente a mi.

---Te diría que nada pero sabrías que miento. Siento que algo falta, que algo está mal.

---Lo sé, igual lo siento. Ve el lado bueno, estaremos desde cero en España, dejaremos todos los malos momentos aquí e iniciaremos unas nuevas vidas allá; juntos.

---Pero Lucas, ¿qué fue lo que sucedió? ¿Por qué mis padres y los de Kevin se odian a éste nivel?

---No te lo puedo contar aquí, mejor vamos a comer y ya en el vuelo te cuento todo.

---¡Es que no lo entiendes Lucas! ¿Y si nos quedamos aquí y revisamos los papeles de ése año? Podemos arreglarlo, mi inteligencia tan hábil y tu audacia para los números pueden ayudar.

---La que no lo entiende eres tú Lova. No nos podemos quedar, cuando nuestro vuelo parta tus padres llamarán al aeropuerto para ver si asistimos.

---¡Es que Lucas!--- comencé a decir elevando el tono pero él me cubrió la boca con su mano ---¿Sabes qué? Mejor vamos a comer, piensas mejor con el estómago lleno; además, te apuesto una hamburguesa a que no has desayunado.

---Sólo te diré una cosa; ¿de qué vas a querer tu hamburguesa?--- Él se rió ya que era obvia mi respuesta a que no había desayunado aún.

(...)

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