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A primera hora del domingo, nos alistamos y salimos de la urbanización, sintiendo que las cosas no podían empeorar más.
Anoche, después de que Jungkook me contara lo que estaba pasando con Sumni, le di todo mi apoyo y me decidí a ir a verla cuanto antes. Estaba tan feliz, que sabía que las cosas no se podían quedar así por más tiempo. ¿Por qué siempre que estamos felices, esperamos que algo malo suceda? Yo no quería que algo malo ocurriera, pero de todos modos aquí estábamos, yendo al departamento de esa mujer.
Jungkook tenía su mano sobre mi muslo, una costumbre que me hacía recordar que a pesar de todo siempre nos íbamos a tener el uno al otro.
Desde que nos levantamos estuvimos muy callados, cada uno perdido en su mundo, sin embargo creo que él era quien más mal la estaba pasando. Porque por más que sea había tenido la idea de que en algún momento le tocaría conocer al bebé y aunque él no me lo dijera yo sabía que le había tomado ese cariño paternal.
Posé mi mano sobre la suya, enredando mis dedos en los suyos, sacándolo de sus profundos pensamientos. Él me miró y le sonreí suavemente.
—Todo estará bien.— susurré besando su mejilla.
—Te amo, Jimin.— dijo de pronto con un sentimiento de sinceridad en su voz, enviándome tantas sensaciones arrolladoras a mi cuerpo.
—Yo también te amo, Jungkook.— correspondí a su muestra de cariño, acariciando su mano.
—No es necesario que entres conmigo si no quieres...
Voltee a verlo frunciendo el ceño. «Si claro, como si fuera capaz de dejarte con esa perra obsesionada sólo.»
—Vine porque no te dejaré sólo en ningún momento, porque quiero que sepas que me tienes aquí para cualquier cosa.— suspire— Ya no estas solo, Jungkook...
Su rostro se suavizó pareciendo aliviado.
—Sí, gracias por eso, mi amor.
—No tienes nada que agradecer, iremos allá y dejaremos las cosas claras con esa mujer.— dije muy serio. No toleraba este tipo de situaciones, porque me parecía algo inhumano. En cualquier otro momento de mi pasado me hubiera acobardado y dejado el tema a un lado porque no era mi problema, pero ahora que he pasado por tantas cosas con Jungkook sentía que podía con lo que fuera. Él me hacía ser valiente.
«Y las fijas palabras de tu madre también.», mi subconsciente salió a relucir, siempre hablando con la verdad. Sin mi madre quizás siguiera siendo un mojigato.
El resto del camino fue tranquilo, en lo que correspondía, hablamos un poco sobre el nuevo libro que será publicado a final del mes y sobre los avances que había tenido la editorial en cuanto a sus actualizaciones mensuales. Eso nos ayudó a despejar la mente un poco, y ambos estábamos agradecidos por habernos sacado de nuestros pensamientos.
—Es ese edificio.— murmuró Jungkook, señalando la siguiente torre a nuestra visión. Suspire asintiendo.
—Diga lo que diga, la haremos verse con el psicólogo.— repetí de nuevo, convenciéndome a mi mismo de que las cosas saldrían bien y que tenia que ser valiente al ver de nuevo a la mujer que me pateó.
Jungkook también asintió saliendo del auto, yo lo imité y tomandonos de las manos pasamos a la recepción del edificio donde un portero nos dio la bienvenida.
—Buenos días, ¿a qué piso van?—. Preguntó educado, reverenciandonos. Traté de suavizar mi mirada tomando la mano de Jungkook más fuerte.
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El diario de un virgen enamorado✵Kookmin©
Fanfic⊱|Park Jimin es un chico reservado y tímido con los demás, buena persona e inteligente, pero aquello no impide que sea despedido de su trabajo. Aunque logra conseguir uno nuevo donde su vida aburrida empieza a cambiar al ser aconsejado por su amigo...