|‹🔖›|
Una semana había pasado. Y tristemente la semana había sido un tanto complicada de sobrellevar, más que todo sentimentalmente ya que con Jungkook nada había cambiado, pero la tensión por lo que pasaba todavía estaba muy presente en él y para que negarlo, también en mi.
No es como si pudiera simplemente ignorar el dolor o la preocupación de mi hombre.
Por eso hoy decidí visitar a Taehyung. Había ido dos veces a su departamento en Seúl por lo de su mudanza y realmente me sentía un mal amigo por no estar pendiente de él.
No tenía ninguna excusa. «Salvo que ahora tienes a un hombre en tu vida que requiere de tus atenciones, un trabajo por hacer y una casa por mantener.», me recordó la vocesilla obvia. Pero de igual manera, estaba siendo un mal amigo.
Me vestí sutilmente luego de llegar del trabajo, sin Jungkook, y salí dejándole saber en un mensaje en donde estaría. Llevaba unas galletas y un ramo para mis disculpas.
El edificio donde Taehyung vive es de cinco pisos y queda cerca del centro. Recordaba cuando supo el precio del departamento donde vivía antes y pegó el grito del cielo, negándose a pagar tanto por un departamento que no le pertenecería en total, así que huyó despavorido con Yoongi aferrado a su brazo. Fue una escena divertida de ver.
Subí por las escaleras hasta el segundo piso y toque sonriente la puerta de mi amigo. Y como si Taehyung me estuviera esperando, abrió la puerta de par en par y se lanzó a mi cuerpo aferrándose de mí fuertemente.
—Vaya... ¿Me extrañaste mucho?—. Susurré devolviéndole el abrazó sin que las flores se aplastaran en mi mano.
—¡Pues si, me abandonaste!—. Reclamó sobre mi hombro.
—Disculpame mucho, tae, te contaré todo lo que ha pasado...— mi voz pudo sonar lo suficientemente lamentable para que me soltara y me mirara con un puchero divertido.
—Ven, vamos dentro. ¿Esas flores son para mí?
—Sip. También traje galletas.
—Esta bien, mejor amigo. ¡Acepto las galletas!—. Sonrió llevándome a su sofá blanco. El departamento no era muy grande y tampoco tenía muchos muebles pero mi amigo lo mantenía minimalista y limpio así que se veía cómodo y como un digno hogar, lo mejor de todo es que era completamente de ellos, «Nada de precios caros por los que huir.», murmuró la vocesilla rodando los ojos— ¡Cuentame todo!
Me arrancó las galletas de la mano y dejé el ramo sobre la mesa, suspirando y comenzando a relatarle todo lo que había ocurrido. Él me miraba atento, asintiendo mientras comía galleta por galleta.
No se cuanto tiempo estuve hablando, contándole y desahogandome, hasta que mi garganta pidió por líquido frío y fresco. Me levanté y llené un vaso de agua, para luego volver y seguir contándole sin omitir ningún pedazo de la historia. Inconscientemente de mi parte no había inhibiciones, ni pena o vergüenza en mi voz. Y cuando le relaté lo muy rápido que se vino Jungkook, mi amigo se ahogó con una galleta y me saltó encima mientras trataba de recomponerse, tosiendome las galletas en la cara.
—¡Eww, Taehyung! ¿Qué haces?—. Pregunté entre confundido y asqueado, tratando de limpiarme.
Él se dio un par de palmadas en el pecho reincorporándose para alcanzar mi vaso tomándose toda mi agua, luego volvió a sentarse sobre mí y me miró con ojos muy abiertos.
—¿Quien eres y qué hiciste con mi amigo?
Solté una risita, extrañado por su pregunta.— ¿Por qué dices eso?
ESTÁS LEYENDO
El diario de un virgen enamorado✵Kookmin©
Fanfiction⊱|Park Jimin es un chico reservado y tímido con los demás, buena persona e inteligente, pero aquello no impide que sea despedido de su trabajo. Aunque logra conseguir uno nuevo donde su vida aburrida empieza a cambiar al ser aconsejado por su amigo...