𝔓𝔩𝔢𝔞𝔰𝔞𝔫𝔱 ℌ𝔢𝔩𝔩 [Thomas Shelby]

𝒴𝑜𝓊'𝓇𝑒 𝓀𝒾𝓁𝓁𝒾𝓃𝑔 𝓂𝑒, 𝒹𝒶𝓇𝓁𝒾𝓃𝑔

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖚𝖆𝖗𝖊𝖓𝖙𝖆 𝖞 𝖔𝖈𝖍𝖔

[se recomienda leer el capítulo anterior para refrescar la memoria]

Dedicado a: todas las personas que estuvieron preguntando cuándo actualizaría <3, perdón por la demora

Las estrellas jugueteaban traviesamente sobre Birmingham, mostrando diversión en cada segundo que avanzaba en la ciudad, quedando atónitas cuando vieron a Thomas Shelby golpear con fuerza desmedida la puerta de la casa de Polly, descansando en uno de los laterales de la entrada, mirando las estrellas como si supiesen lo que sucedía dentro de la estructura, como si fuesen cómplices de algo que aún no sucedía.

Al hombre le dolían los pies, las costillas y la herida que tenía cerca de la ceja, durante el trayecto mordió tantas veces su labio inferior que se causó una herida superficial, molestándole cada vez que humedecía estos con saliva.

Toda aquella situación era demasiado irreal para él, no pensaba que saldría con vida, no lograba creer que todo lo que planeaba salió a la perfección.

Quedó atónito con todo, desde que comenzó el día hasta que vio como el sol se escondía y el quedaba con los nervios de punta, incapaz de reaccionar de buena forma si es que algo más sucedía.

Además de ello, seguía caminando a pesar del cansancio con un solo propósito: ver a Scarlett, esperando hacer hasta lo impensable para no recibir nuevamente una de sus miradas llenas de decepción y tristeza.

-¡Señor Shelby! Por favor, adelante- no rechistó, ignorando las indicaciones de la mujer para buscar a Pol- ¡Señor, sus heridas!

-¡Pol!- gritó, subiendo escaleras con cansancio, avanzando por el segundo piso en busca de su tía.

Al empujar con cuidado la puerta entreabierta, divisó a la mayor peinando su cabello con delicadeza, viéndose al espejo con el pijama puesto.

La luz de las lámparas eran cálidas, con una comodidad que recibió al instante, no obstante al estar preocupado por la Solomons ignoro totalmente el ambiente hogareño que su tía trasmitía.

-dios santo, ¿qué te pasó, Tommy?- obtuvo la ayuda femenina en cuanto entró a la habitación, sentándose en la espaciosa cama con cuidado.

Aclaró la garganta forzadamente, dándole una mirada recelosa.

-¿Scarlett está aquí?- negó buscando algo que desconocía, dejándole unos segundos en soledad.

¿alguno de esos bastardos le habrá hecho daño? Con la mera idea de ella siendo nuevamente encarcelada y golpeada, se quedó sin aire en sus pulmones, mirando el vacío con una presión en el pecho.