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Kate estaba en la cocina esperando que la cafetera terminara de filtrarse. Después de acostar a los niños, ella colapsó en su propia cama. Ni siquiera se preocupo por Lily.

Por primera vez, dejó que la bebé durmiera con su hermano. Pero dormir ya no estaba en los planes de Lily. Por lo que opto por llevarla a su habitación y tratarla de que durmiera un rato más, y lo logro al menos eso creía.

Un pequeño grito vino de la habitación, indicando que Lily estaba despierta. ¿Cómo podría estar despierta? Si no tiene mucho que se "durmió".

Las últimas dos horas fueron el tramo más largo que el bebé había dormido en las últimas 10 horas. Kate pensó en esperar que el café terminara de prepararse, pero no quería que los gritos de Lily se hicieran más fuertes y despertara a los chicos. Todos estarían despiertos pronto.

Mientras caminaba por la sala de estar, los gritos cesaron. Kate se detuvo en la entrada del dormitorio y vio que Lily todavía estaba durmiendo. Esperó unos segundos, mirando al bebé que nunca se movió, a excepción de la subida y caída rítmica y uniforme de su pecho.

Una vez que se dio cuenta de que Lily solo lloraba mientras dormía, cerró suavemente la puerta y regresó a la cocina. Se apoyó contra el mostrador y sostuvo una taza de café vacía en su mano.

Con su dedo índice, ella rastreó la abertura hacia la taza. Su mente estaba en cualquier lugar menos en el loft. Con los ojos vidriosos y su mente hecha un lío, nunca oyó que James la llamaba.

-Mamá...- dijo un poco más fuerte, sacándola de su bruma. Estaba parado en el borde de las escaleras. Su cabello estaba parado en sus extremos, y sus ojos todavía estaban cargados de sueño.

-Oye, amigo. Te levantas temprano.- Kate caminó hacia James y lo cargo. Él envolvió sus brazos con fuerza alrededor de su cuello y sus piernas alrededor de su cintura. Apoyando su cabeza en su hombro, acarició su cara con su cuello, llenando el área con la calidez de su aliento.

-No puedo dormir, Lily me despertó.- refunfuñó. Cuando ella lo sentó en el mostrador, ella le dio un beso en la frente.

-¿El llanto de Lily? Traté de mantenerla en mi habitación, para que no la oyeras. Lo siento, cariño.- El café había terminado de prepararse, y ella se sirvió una taza en silencio. Tomando un sorbo, el líquido tibio se extendió rápidamente por su garganta y dentro de su pecho.

Las palabras de James de la noche anterior aún resonaban en su cabeza. Ella sabía que esa era la verdadera razón por la que no pudo dormir.

James se sentó en el mostrador, dejando que sus pies colgaran y se balancearan de un lado a otro. Los levantó y los cruzó mientras susurraba -Criss-cross, puré de manzana, por favor.-

Eran apenas las siete de la mañana. La doctora Miller había aceptado pasar por el desván entre las 9-9:30. Por lo que aun genian tiempo de sobra. Podían desayunar en ir a dormir un rato más.

-Entonces... que te parece si terminas de desayunar y vamos a mi habitación a dormir un rato más en mi cama con mis mantas. ¿Quieres unirte a mí?.- Kate le preguntó.

James había estado mirándolo a los pies, cuando lentamente levantó la cabeza.

-¿Mamá?- preguntó en voz baja.

Kate estaba a punto de responderle cuando preguntó abiertamente. -¿Cómo es que no lloras?-

Arrugando su frente, ella cuestionó. -¿Qué quieres decir?-

-¿Cómo es que no lloras?.- preguntó de nuevo con los ojos muy abiertos.

-Yo ... Sí lloro. Pero no creo entender tu pregunta.-

One last time Donde viven las historias. Descúbrelo ahora