Tanzaku-gai parte 1

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Narrador

Después de caminar por unos cuantos kilómetros la familia Astrea por fin había llegado a su destino.

Cecil: -dando un suspiro de alivio- ¡Por fin llegamos! - estando en la entrada de la ciudad-
Mash: Tiene un estilo bastante oriental y tradicional -entrando a la cuidad-

Scáthach: Pensé que habría guardias en la entrada - notando la falta de seguridad-Astrea: -resoplando- Los hay, pero en los casinos más caros, en este pueblo puedes entrar sin problemas siempre y cuando tengas dinero para gastar, lo que te suceda ...

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Scáthach: Pensé que habría guardias en la entrada - notando la falta de seguridad-
Astrea: -resoplando- Los hay, pero en los casinos más caros, en este pueblo puedes entrar sin problemas siempre y cuando tengas dinero para gastar, lo que te suceda una vez a dentro es tu responsabilidad -viendo cómo unos jóvenes robaban unas cuantas bolsas con dinero- ciertamente no hay ley y justicia en esta ciudad
Cecil: Astrea Sama, siendo sincera me gustaría irme cuánto antes - siendo acosada con la mirada por muchos hombres-
Astrea: Bueno, todo dependerá de lo rápido que ganemos dinero, pero Bell nos ayudará ¿Verdad? -vio que Bell no le respondió- ¿Bell?

Astrea y las demás se voltearon para ver por qué Bell no respondía, grande fue su sorpresa cuando vieron que Bell no estaba con ellas, preocupadas empezaron a buscar con la mirada, hasta que al fin lo encontraron.

Bell estaba rodeado por bellas mujeres de distintas razas, cada una resaltaba por su ropa o mejor dicho la escases de esta, cuando lo vieron todas tuvieron una gran molestia y celos en diferente escala, pero la que más lo estaba haciendo notar era Martha ya que las venas de su frente comenzaban a resaltar, pero la gota que derramó el vaso fue cuando escucho las directas insinúasiones y manoseos que le estaban dando a Bell.

Prostituta 1: Ara Ara, a que no eres un niño lindo - metiendo la cara de Bell entre sus pechos-
Prostituta 2: - ronroneando- Estoy dispuesta a hacer travesuras contigo
Prostituta 3: Eres demáciado lindo, incluso estoy dispuesta a pagarte para que me dejes tener un conejito tuyo -susurrando en el oído de Bell-
Prostituta 4: Yo también quiero un conejo tuyo - mientras me tocaba el trasero a Bell-
Prostituta 5: Yo te puedo enseñar los placeres que puede ofrecer una mujer por el precio correcto -subiendo su mano por la entrepierna de Bell-

Bell estaba nervioso y no sabía cómo actuar, solo sabía que de un momento a otro estaba rodeado por mujeres de distintas razas y edades, mientras lo manoseaban y a lo lejos escuchó la voz de su abuelo junto a dos hombres decir que hoy por fin se convertiría en hombre.

Afortunadamente la castidad de Bell fue salvada por Martha, cuando se interpuso entre el y las prostitutas y poniéndolo a una distancia segura.

Martha: - comenzando a echar espuma por la boca- ¡ALEJENSE DE EL MALDITAS SEGUIDORAS DE ASMODEUS! - lanzando golpes al aire con su báculo- ¡USTEDES QUE NO SIGUEN EL CAMINO DEL MESÍAS Y DESHONRAN LAS ENSEÑANZAS DEL MESÍAS ARDERÁN EN EL INFIERNO!

¿Está mal tener un harem de lindas servants? Ruta 1: Rebirth of a hero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora