Capítulo 10

72 2 0
                                        

Dolía, dolía ver a Maite así, dolía verme en esta situación en un año más.

A cada año, le pido a la pequeña que quiere de regalo, y tiene siempre dos respuestas.

La primera era el "quiero mi mamá" y la segunda siempre es algún juguete que está de moda en aquél momento, y voy y le compro, sé que nada compra su felicidad, pero siento que el amor que le doy es poco, aunque me digan que no. Siento eso, por alguna razón que no sé cuál es.

Salí de mis pensamientos y miré a mi hija que estaba sentada adelante de mi, con una foto mía y de su mamá. Una foto donde estábamos bailando en la lluvia.

- Mi abuela dijo que lloverá en el día de mi cumpleaños, ¿podemos bailar en la lluvia también, papi? Puede...ser ese mi regalo.
- Ay mi vida - le enseñé una sonrisa elevando la comisura de mis labios - Podemos hacerlo, pero igual quiero comprarte algo.
- Una casita de Barbie, ¿que tal?
- Jesús... Claro, hablaré con tu abuela y veremos si hay aquí.
- Bien, te amo.
- Yo más, cielo.

- Papi - sussuró - ¿Podemos invitar al tío Nash y el tío Erick para venir aquí al día de nuestro aniversario?
- Claro que si, mañana hablaré con ellos para eso.

Megan. {un día después}

- No comerás nada por más dos días, de castigo, nadie te manda abrir la maldita boca mientras estamos cerca de Christopher, no puede saber que sigues viva, Cooper, ¿que no entiendes?
- Si pudiera elegir, estaría en el infierno y no aquí - murmuré débilmente - No merezco eso, solo quiero ir a mi casa, no me siento bien Amanda, porfavor déjame ir.

- Tú no irás a ningún lado, cállate que recibiré una visita ahora, ¿okey?
- Como sea - murmuré -

Mañana es día veinte y tres, sentía la necesidad de encontrar a Christopher y a Maite, quería abrazarlos hasta cansar, necesitaba eso de una manera rara, podía sentir como poco a poco la muerte se acercaba de verdad a mi.

Todo el cuerpo me dolía, yo físicamente me veía horrible y psicológicamente también, mis brazos y piernas eran del tamaño de un palillo de dientes, mi cara estaba delgada y no comía casi nada. Era una tortura vivir encerrada en aquella habitación, aún más si Amanda está presente ahí diariamente.

|| 𝐒𝐢𝐧 𝐭𝐢 - 𝐂.𝐕 - 3ª 𝐭𝐞𝐦𝐩 𝐄𝐂𝐃𝐋𝐂 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora