|| 𝐒𝐢𝐧 𝐭𝐢 - 𝐂.𝐕 - 3ª 𝐭𝐞𝐦𝐩 𝐄𝐂𝐃𝐋𝐂 ||

Capítulo 19

Megan.

- Te odio, Meg, no necesitaba tenerte aquí, estábamos muy bien sin ti ya - Christopher dijo con sus ojos castaños llenos de lágrimas - Porfavor vete, Amanda me hace bien ya, me está haciendo feliz, tu lugar ya no es aquí.

- Chris, en serio, yo... Perdón, perdón de verdad - murmuré - Pensé que seguías amándome.
- ¡No! - gritó y se acercó, agarrando mis brazos delgados con fuerza - No hay amor, no hay, entiendelo, porfavor.
- Yo entiendo, te prometo que lo hago.
- Entonces vete, vete de mi vida y no vuelvas jamás.

- Te amo, sabes que te amaré por siempre, ¿verdad?
- Eso no me interesa, estuve mal por años, para que vuelvas y jodas todo, solo te necesito lejos de mi, de mi y de mi hija.

- Maite es mi hija también.
- Nunca fuiste una mamá para ella, la conociste con cinco años de edad, ¿que tipo de mamá eres?

- Sabes todo lo que me pasó, no entiendo porque dices estas cosas ahora - sussuré con un nudo en mi garganta, con los ojos mojados - pero ya me voy.
- Te agradecería.

Su mirada se mantuvo fija en mi, podía ver su dolor en ella. Yo de un momento a otro cerré los ojos y...

Fue un sueño. Me levanté rápidamente mirando a mi alrededor, estaba en la habitación de Chris, estuve mirando al techo mientras intentaba calmar mi respiración, miré al lado de la cama y en una mesita de noche habían dos foto. Una foto de Christopher y Maite juntos y la otra foto, era mía. Una foto mía embarazada en medio de unas cuántas flores.

Me levanté rápido acordándome del sueño, necesitaba ver a Chris, bajé hasta la primera planta de la casa, lo busqué, lo busqué por la cocina, por la sala, pero no lo encontré.

Me senté en el sofá y en segundos sentía mi cuerpo temblar, mis ojos mojándose y un fuerte dolor en el pecho. Por algunos minutos lo único que se escuchaba eran mis sollozos, nunca había estado tan nerviosa.

Luego escuché la puerta abriéndose, miré hacia esta y Christopher entró, luego atrás estaba Maite.

- Hey, lleg... Cielo, ¿que pasó? - se acercó a mí, abrazándome con fuerza - Dime, ¿por qué lloras?
- Yo... Dios, yo... - las palabras no salían de mi boca - me voy, puedo irme si quieres.