Capítulo 21

63 3 0
                                        

- La que está en el cementerio.

¿Tenía una tumba? Entonces el plan de Amanda fue realmente perfecto para que creyeran que ya no estaba ahí con ellos.

- Dios - suspiré - Cuéntame... ¿Como estuvieron ustedes en estos años? - sussuré para que solo ella escuchara -
- Mi papá tuvo... Aquella enfermedad de tristeza.

- Tuvo... ¿Depresión? - Maite asintió - Al menos se ve feliz ahora, chiquita.
- Cuándo yo cumplí cinco años él volvió a estar feliz, fue poco a poco que sonreía más, pero mi abuela me contó y yo vi que por cuatro años él casi no salía de su habitación, estaba muy mal, mami.
- Pobrecito, él no se merece eso - murmuré mientras mi vista se nublaba - Nunca vi una persona tan feliz y optimista como él.
- Mi papá dice que es adulto, pero es un bebé también, es muy divertido jugar con él.

- Lo imagino, siempre quiso tener una familia, una bebé y te tiene a ti, por eso pudo estar feliz.
- Tiene a nosotras dos ahora, él ya no estará triste, ¿verdad?
- Si, haremos con que él sea muy feliz.

Christopher.

Maite se lo dijo, contó a Megan lo que pasó años atrás, y lo sé porqué estaba escuchando mientras hablaban. Dijo lo de la depresión, cosa que Megan no debía saber.

Hablaron sobre cómo me harían feliz también, no quería ser tan sensible a punto de llorar por cosas así. Pero al escucharlas mis ojos en segundos se mojaron, dejando mi vista nublada.

Pasé por momentos difíciles en estos cuatro años, sentía algo malo, dolido que no salía de mí. No había superado la, entonces, muerte de Megan, sentía tantas cosas increíbles por ella que cuándo me quedé solo, dolió mucho.

Y realmente un tiempo antes de que Maite cumpliera cinco años, empecé a hacer terapia, donde poco a poco fui mejorando. Lo que me daba fuerzas y ayuda a seguir adelante era ella, mi pequeña.

No fueron días fáciles, fueron días encerrado en la habitación, mirando al techo y pensando si valía la pena acabar con todo. No niego que por varias veces pensé en lo peor, pero no. Siempre llegaba Maite, con una sonrisa y diciendo "Ven papá, juega conmigo".

Esa niña me salvó la vida, sin ni siquiera saberlo.

|| 𝐒𝐢𝐧 𝐭𝐢 - 𝐂.𝐕 - 3ª 𝐭𝐞𝐦𝐩 𝐄𝐂𝐃𝐋𝐂 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora