Capítulo 3

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T/n: ¡Buenos días!, ¡Ten un buen día en tu trabajo! ¡Mucho éxito!

Toji puso sus ojos en blanco soltando un suspiro de irritación mientras leía tu mensaje. No se veía en la obligación de responder, tampoco es como si quisiera hacerlo. Simplemente no le importaban los mensajes que siempre le enviabas todas las mañanas ni durante el día, incluso esperaba que algún día pararas. Con verte dentro y a veces fuera de tu apartamento ya era suficiente.

"Un buen día en tu trabajo". Se rió burlesco mientras guardaba su móvil en el bolsillo delantero de su pantalón.

No sabías una mierda.

Si no fuera por ese estupido contrato no tendría que hacer esas mierdas que llama "trabajo". Pero fue su culpa llegar a esto. Si tan solo hace cinco años hubiese pensado bien las cosas, no se vería envuelto en esta jodida situación.

Solo esperaba que algun genio pudiera crear una máquina del tiempo, para después robarsela y así poder volver al pasado. Volver exactamente a ese día; el 22 de diciembre, en donde una vida vino al mundo pero otra se fue. Volver a ese día para evitar que tan trágico incidente, que lo marcó por el resto de su vida, ocurriera.

No se dio cuenta que apretaba con gran fuerza sus puños hasta que sintió un dolor agudo. Sus uñas estaban marcadas en la palma de su mano. Desechando sus pensamientos, metió sus manos dentro de su bolsillo mientras ingresaba a aquel barrio que conocía tan bien que es imposible que algún día se pierda.

Escrutó sus costados y luego miró hacia atrás, asegurándose de que nadie lo estuviera siguiendo mientras se acercaba hacia una pequeña casa en específico. Una vez frente a ella, una calidez lo inundó mientras sus nudillos golpearon la puerta. Golpeándola suavemente, a un ritmo clave que solo las personas que vivían dentro podrían reconocer. Una gran sonrisa se extendió por su rostro cuando una pequeña la abrió. Mirandolo emocionada, demostrándole que lo había extrañado mucho, se lanzó a sus brazos para ser recibida por él.

— ¡Papá! — exclamó con felicidad la pequeña Tsumiki, envolviendo sus delgados brazos en el cuello del azabache, quien ingresó al hogar cerrando la puerta detrás de él con su pie  — No sabes cuánto te extrañé.

— Yo también, pequeña — le revolvió el cabello y luego la dejó en el piso — ¿Y tu hermano?

Antes de que pudiera responder, el pequeño llegó corriendo, con casi excedida emoción, a un lado del azabache envolviendo sus brazos en las piernas de Toji, sorprendiendolo, su hijo nunca antes había sido tan expresivo con él. Y Sin palabras, solo con acciones, Megumi le dejaba saber a su padre lo mucho que lo había extrañado. Despeino el cabello del pequeño sintiendo su corazón a punto de desbordar, solo faltaba una persona para que lo hiciera completamente. Volvió a mirar a Tsumiki.

— ¿Tu madre?

— ¿Alguien preguntó por mi?

Ese tono suave y delicado fue más que suficiente para que el corazón de Toji desbordara de amor. Cuando Megumi se alejó de él, pudo voltear para ver a tan bella mujer frente a sus ojos. Su hermosa sonrisa dándole la bienvenida como siempre lo hace. Sus ojos cafés, que nunca se cansaría de ver, mirandolo como si fuera un tesoro preciado.

— ¿Desayunaras con nosotros? — pregunta la mujer acercándose a él, para depositar un corto beso en los labios del azabache. Quien no pudo contenerse, ni siquiera frente a sus hijos, y la agarró por la cintura, acercandola aún mas para poder sentir sus suaves labios presionando contra los suyos.

— Claro, preciosa — dijo después de separarse, pero aún con sus manos en su cintura — Para eso estoy aquí, aparte de verlos a ustedes.

La mujer no parecía satisfecha o había algo que le inquietaba, cosa que no pasó desapercibida para el azabache.

Después de un año | Toji x Lectora x SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora