Capítulo 17

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Ayer ya tenías ojeras, pero hoy empeoraron.

Se supone que una ducha aliviaría todo lo que sientes y te haría sentir como nueva, pero todo sigue igual. Nada de lo que sientes ha cambiado.

Te miraste en el espejo del baño una vez que ya estabas vestida. Tus ojeras son un asco, tus cara es un asco, tu piel es un asco, tu físico es un asco, tus emociones son un asco, tu situación es un asco.

Tu mente comienza a sentirse asqueada por tu corazón que es el único culpable que sigue permitiendo todas esas jodidas actitudes de Toji.

Miraste algunas revistas de moda que estaban en tu tocador. Las chicas de las portadas son tan hermosas...

Si quizás comieras menos... o si cuidarás mejor tu piel... o si aprendes a maquillarte mejor... si hicieras el tiempo para ir al gimnasio... o si fueras tan hermosa como ellas...

No.

Con brusquedad apartaste la mirada de las revistas para volver a mirarte al espejo.

Basta de sentir que eres insuficiente.

No eres un asco.

No eres ninguna de esas chicas. Tu cara es única, tu piel es única, tu cabello es único, todo en ti es único, eres hermosa a tu manera y tienes que empezar a darte cuenta de eso.

Porque si tu no te das tu lugar, nadie lo hará.

Ya lo decidiste, vas a anteponer tu mente, el corazón va después.

¿De que te sirve seguir escuchando a tu corazón? Tu corazón moribundo sigue balbuceando palabras estupidas en donde Toji puede cambiar o que Toji es la única persona que puede restaurarlo.

Pero no es así.

Tu mente te dice lo contrario, si dejas que Toji siga así contigo, dudas que tu corazón pueda volver a ser como antes. Así que si Toji no puede arreglar tu débil corazón, lo harás tú.

Pero... ¿podrás hacerlo? ¿Lo conseguirás?

Tienes miedo de ti misma, puede que ahora estés pensando todas estas cosas, pero... ¿si sigues igual que antes? ¿Si no le haces caso a tu mente y en cuanto veas a Toji vuelves a escuchar a tu corazón?

No. Tienes que tener determinación.

Ya decidiste que te darás tu lugar para que Toji sepa cuanto vales.

Así que con toda la confianza que pudiste reunir, utilizaste la mejor arma para poder mejorar tu apariencia; maquillaje.

Tapaste tus ojeras, luego usaste lapiz labial, un tono discreto, y mascarilla de pestañas.

No pareciera como si hubieses llorado hasta quedarte dormida.

La sonrisa de satisfacción de a poco cayó hasta que tus labios estaban en una línea recta, recordaste porque estabas llorando.

El dolor volvió, ni todo el maquillaje del mundo podría ocultar las emociones que demuestran tu rostro, sobre todo tus ojos.

En tu vida has llorado por dos hombres, tu padre y Toji.

Cuando te enteraste de la enfermedad de tu padre, tanto tu como tu madre sabían que sus años de vida habían sido acortados. Fue inevitable que no llorarán por él. Incluso aveces llorabas a las espaldas de los demás, dentro de tu habitación o dentro del baño, sentías culpa por no poder ayudar a tu padre a que dejara los cigarros, en ese momento pudiste haber hecho algo más. Incluso pensaste que si existía algún método de transferirte la enfermedad a ti, lo harías, pero este no es un cuento de hadas ni tampoco un mundo de fantasía.

Después de un año | Toji x Lectora x SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora