Capítulo 20

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Dios...

Que vergüenza.

Es en lo único que puede pensar Satoru cuando sus ojos apenas se abrieron esta mañana. Su cabeza duele como si lo hubiesen golpeado con un bate de cemento. Su boca se siente como un desierto en donde en ningún perímetro se puede avistar un solo pozo de agua , tiene tanta sed que no le importó cambiarse de ropa y ponerse sus zapatillas cuando corrió hacia la cocina en busca de un vaso de agua fresca que alivie la sequedad de su cavidad bucal.

Pero... su vergüenza aumentó cuando te encontró a ti y a los chicos preparando el desayuno.

Pensó que el alcohol lo haría olvidar, pero los recuerdos de anoche siguen tan vigentes y claros en su memoria. Cuando miraste en su dirección, por primera vez, le hubiese gustado que la tierra se lo trague.

¿Por qué actuó como un niño pequeño cuando estaba borracho? Joder... recuerda cómo limpiaste su desastre y luego cuando entraste al baño junto a él, solamente porque el muy idiota te lo pidió. Sin vergüenza... pensó para sí mismo. Sin embargo, esas no son las únicas cosas que recuerda, porque entre memorias vergonzosas hay otras muy lindas, y entre ellas están tus palabras, cuando le dijiste que sus ojos te recuerdan al cielo en ese momento su pecho estuvo a punto de explotar.

Satoru es guapo, lo sabe, hay gente que lo ha halagado con palabras muy descaradas y otras con miradas que delatan intenciones ocultas que no son muy puras, pero esta es la primera vez que alguien le da un elogio tan simple, pero a la vez tan grande y significativo. Probablemente para ti no significó nada, probablemente lo hiciste como una forma de agradecimiento por los consejos que te dio, pensar en eso lo hace sentir tan tonto. Tan tonto por sentirse de esta manera mientras tu no sientes nada.

Es solo una amiga, pensó. Es solo una amiga. Recordó una vez más tratando de dejar eso muy en claro dentro de su cerebro.

Solo le dijiste unas lindas palabras, no puede confundirse por eso.

— Aquí está el borracho del año — su amigo bromeó acercándose a él y pasando un brazo por sus hombros, incitandolo a que se una a la conversación que estaban teniendo — Me sorprende verte aquí y no en otro país.

Satoru puso sus ojos en blanco y después de un buenos días, se alejó de su amigo para tomar su tan deseado vaso de agua.

— ¿Cómo amaneciste? — le preguntaste, ya que estaba a tu lado bebiendo agua como si hubiera estado privado de ella toda su vida. Respondió con un "me duele la cabeza", una respuesta que ya esperabas, pero lo que no esperabas es que esté ignorando tus ojos como si fueses una peste. Te hizo sentir un poco extraña, pensaste que después de lo de anoche ambos avanzaron en el nivel de confianza y obtuvieron más cercanía. Quizás ahora que está en sus cincos sentidos se arrepiente de haberte invitado a la bañera, debiste haber rechazado la invitación... pero ahora que lo piensas bien y ves la forma en que masajea su nuca cada vez que Suguru bromea con él, ya sabes porque está actuando de esa manera; siente vergüenza y puedes entenderlo, tú también has pasado por esa etapa. Y es por eso que lo dejaste pasar y nuevamente te incluiste en la conversación. Satoru tenía una apariencia como si quisiera morir, y después de ir a buscar tu bolso en donde tenias algunas pastillas en caso de cualquier cosa, volviste a la cocina y extendiste una hacia él.

— Es para aliviar la resaca — explicaste al ver su mirada confundida.

— Gracias — te agradeció en voz baja pero ronca, cuando recibió la pastilla la yema de sus dedos rozaron con los tuyos y... ¿Qué mierda fueron esos escalofríos? Satoru fue a llenar el vaso con agua de la llave y una vez que se tragó la pastilla nuevamente miró sus dedos. No me digas que esas cosas que sentí en la bañera eran... ¿reales? ¿Por qué ella? Solo somos amigos. Soy un idiota que está confundiendo las cosas.

Después de un año | Toji x Lectora x SatoruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora