Capítulo 6: El reino de Kihei

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No me sorprendí mucho cuando me enteré de que Azena también se había desmayado, aún si no hubiera usado todo su poder (aclaro: En Yumeiro, uno puede pasarse del 100%), se dio un golpe contundente tanto en el suelo como en mi cara. Sigo diciendo que fue un milagro que me salvase de esa.

En fin, cuando desperté, vi a dos personas: Un chico con chaleco marrón de un cuello pelón blanco, aspecto fuerte, cara de engreído con ojos negros, un pelo corto y negro y unas chanclas marrones. A su lado había una chica vestida con gabardina marrón, el mismo aspecto de fuerza y de egocentrismo, pelo moreno y largo y unas chanclas amarillas.

-Ay, chicos... ¿estáis bien?- dijo el creído.

-Uy... ¿qué crees?- oí la voz de una niña. Obviamente era Azena.

-Azena, Azena, Azena...- habló la de la gabardina -...en vez de estar acostada en el suelo, ¿no deberías proteger a aquellos que invaden el nido mientras Mike estaba de viaje?-

De pronto, llegó el águila como si quisiese unirse a la conversación. Pude ver también que sus polluelos regresaban al nido. Eso sí, también llegó un halcón.

-¡Mike! Tú deberías saber lo que el águila pretendió hacerme. ¡Traer a un novato sólo para humillarme en un combate!-

-¡Ja, ja, ja! ¿De verdad usaste todo tu poder contra este chico y perdiste? Das pero que mucha pena, Azena- si supiera lo que estaba pasando...

-¡No usé todo mi poder porque él ni siquiera sabía hacer un hechizo y no sé cómo me hizo pero destruyó la plataforma que había hecho en pleno abismo y se atrevió a ponerse sobre mí para amortiguar su caída!- ¿soy yo o Azena tiene doble personalidad? Porque hace rato había aceptado la derrota y en un instante ya reniega el hecho.

-Bueno... en parte, es tu culpa. Debías proteger del nido de aquellos que querían el poder del águila- la otra mujer había vuelto a hablar. -Y tú, ¿quién eres y por qué estás aquí?-

Antes que nada, cabe destacar que no me sentía tan adolorido como creería estarlo. Otra de las reglas de la física en Yumeiro.

-Me llamo Shin Ryusaki. Y el por qué estoy aquí se debe a esa águila-

Ahora que me acuerdo... por lo que dije está claro que ya no podía volver a la Tierra si perdía otro combate. Ahora sería más serio.

-Hmm...- Mike se volteó y al parecer estaba "charlando" con el águila -...Ya veo... Así que tú fuiste elegido por este aguilucho de aquí. Él vio algo en ti...-

-¿El qué?- pregunté.

-Eso tienes que averiguarlo tú- dijo sin vacilar.

Ok... la versión resumida de lo que pensé sobre eso fue: "¡Eso no tiene ningún sentido!". En fin, luego de recuperar toda la cordura después de lo de la batalla, recordé algo urgente:

-¡Azena! Dijiste que tenías una recompensa para mí luego de acabar el entrenamiento, ¿no?-

-¡Oh, claro! Aquí lo tengo. Pero una vez te lo entregue me debes prometer una cosa...-

-¿El qué?- tenía un mal presentimiento...

-En algún momento, nos volveremos a enfrentar. Y sé que te aguarda un gran destino en este mundo. No sé de dónde vienes ni de cómo llegaste, pero estoy segura de que lo tienes. Cuando lo descubras, no dudes en acudir a mí-

-Está bien.- Dije, sin mucha idea de lo que me esperaba luego. Así, tomé el libro que contenía varios hechizos que eran ilegibles. Sólo podía leer los cuatro primeros y su imagen respectiva:

-Onda Expansiva Áera- (proveniente del aire)

-Levanta-fisura Jimen-: Abro una fisura y, si el oponente está sobre ella, levanto momentáneamente tierra para que le golpee duro.

El mundo de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora