Capítulo 1: Llegada fortuita

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Mi desesperación y la presión de los demás me había llevado hasta aquí. Intentaba creer, pero no podía. Es que no entiendo por qué los demás no entienden. Es que sólo porque el mundo no crea en los sueños, no significa que no exista. Ahora: ¿Por qué tanta polémica por el "mundo de los sueños"? Verán... siempre pensé que había un mundo más allá. Intenté que los demás lo vieran. ¿Saben qué? Ya me cansé de llamarlo "mundo de los sueños", pues eso ya me molesta. Prefiero llamarlo Yumeiro y punto. Antes era sólo un sueño, por eso se me ha pegado eso de lo que ahora llamaré Yumeiro.

Recuerdo que estaba corriendo... en busca de lo que es la última respuesta. Estaba a punto de morir. Sí... estaba cayendo. Creo que de un acantilado... no soportaba que los demás no creyesen en mí. Pero... en ese momento, un águila me salvó. No me pregunten cómo. Es Yumeiro. Y sí, esa águila me puso sobre un nido en una gran montaña. No recuerdo que hubiese algún huevo allí, tal vez fue por eso que me sentí intrigado por aquella águila.

Para que vean la fortuna que pude tener allí, vi todo Yumeiro desde el nido. Un mundo fantástico, lleno de vida y sueños. Pero no sabía qué había debajo de toda esa majestuosidad.

Entre cosas que pude presenciar, pude notar un gran reino, un bosque bellísimo, un mar aparentemente infinito, criaturas increíbles (Pegasos, fénix, dragones... de todo) y, rompiendo el horizonte, un bello atardecer con el águila yendo a quién sabe donde junto con lo que parecen ser sus polluelos.

Luego de contemplar todo lo que me esperaba en un futuro, lo único que pensé fue:

¿Cómo logro bajar de aquí?


El mundo de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora