El anterior capítulo fue narrado por nuestra amiga Azena. Esta vez yo, Shin Ryusaki, seguiré narrando mi parte de la historia. Si se preguntan por la opinión de Azena, pues... según ella, tiene cosas más importantes que hacer.
Bueno... hay que saber que yo fui corriendo muralla tras muralla, derrotando los pocos enemigos que quedaban, llegando hasta la torre Inta y haciendo lo que dije hace algunos capítulos. Mientras tanto, Blade pasó por la puerta complicada de abrir de la Mesa Real y llegó directamente a los Pasillos Negros. Hubo buena fiesta allí...
Luego de deshacernos de los rango Espectro y los rango Celestial (en ese orden), fuimos a la Mazmorra Negra. Fue difícil, pero nos encargamos de los Rango Plata de manera que los prisioneros puedan escaparse (vencimos a los Rango Plata y bloqueamos y aturdimos algunos prisioneros). Luego de "inspeccionar" la sala, Shometsu me dijo información de vital importancia al ver que arrasamos la mazmorra.
-Usa las tres llaves en donde creas que es...-
Parece difícil, pero créanme cuando les digo que es cuestión de lógica; sólo hay una habitación que no tiene prisioneros (no tenía que preguntar para saber en dónde estaba si es que había alguien allí). Usé la primera llave para abrir la celda, y usé la segunda en una pequeña ranura para abrir una puerta oculta. Ya les digo yo: Aunque podría saber fácilmente en dónde estaba el prisionero, no podían meterlo allí, ya que esa celda albergaba la sala del Gran Tesoro (vacíen más celdas, que esto es ridículamente fácil).
-A partir de aquí ya no podré ayudarte, Shin...- me dijo Blade. Ahora tenía que enfrentarme solo a un enemigo desconocido... pero sentía que no estaba del todo solo.
¿Cómo describir la sala? Era ENORME. Parecía más un mar de tesoros que una sala en sí. Menos mal está en un punto ciego para que nadie pueda saber la cantidad incontable de riquezas que hay. Y yo estaba con cara de meterme allí y nadar en riquezas. Sin embargo, tenía una misión que cumplir. ¿Dónde estaba mi oponente? La única forma de saberlo... para gran suerte mía, era nadando en dinero (literalmente).
No fue sino hasta dar unas nadadas cuando de repente llegué a una plataforma inundada de piedras preciosas. De repente oí una voz que decía:
-¿Eres el oponente al que debo enfrentar?-
Yo respondí que sí, con mera inocencia.
-¡Vaya! ¡Así que pudiste llegar hasta aquí! ¡Nada mal, muchacho! ¡Pero ahora te toca enfrentarte contra el guerrero más fuerte de todo el mundo!-
Pensé que estaba listo para enfrentarme a él, pero todo era una trampa... Las teorías de quién iba a ser mi tercer oponente estaban entre Azena, Taisha, el guardia ausente o el rey. Pero Azena estaba en otro lado (ya sabemos en donde), Taisha no tenía nada que ver y el guardia ausente en realidad era el caballero que debía estar en la celda, resguardando la sala (lo cual falló, puesto que tuvo que ir a asuntos "urgentes" y una vez quiso volver, Blade se lo impidió a espadazos). Además, mi oponente tenía una voz muy... macho.
Oí cómo alguien salía de las riquezas y se subía a la plataforma, y de dos o tres ataques despejó todo el estadio.
-¡Yo soy Sentsu, el guerrero más fuerte de todos! ¡Intenta no caerte de esta plataforma, si no quieres perder!- cómo no, el lugar era demasiado gigantesco, pero no tenía bordes. No me iba a fiar otra vez...
De repente, vi a un hombre que agarraba dos espadas gigantescas. Su cuerpo era muy musculoso, tenía una armadura a su talla que... parecía la de un samurái más que la de un caballero, la verdad... sin contar su gran tamaño. Ese era Sentsu.
-¡Basta de charla y que empiece el combate!- el tipo era muy apresurado y me dio los primeros espadazos. Me iba a dar un tercero, pero contraataqué. Sin embargo, su otra espada me dio... era un combate complicado.
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El mundo de la magia
De TodoHay cosas que no se pueden explicar, pero que existen. Yo he presenciado varias, desde que sé que ese mundo existe. Ahora estoy atrapado allí, pero no quiero que nadie me saque. No sé si este relato vaya a llegar al exterior, pero, de ser así, esper...