Tokyo Revengers

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20 de agosto.

Destrenzabas y peinabas los largos cabellos de tu novio.

Después de una pelea esto era lo que mas le gustaba, ser mimado por ti.

Estaba acostado entre tus piernas mientras tu pasabas tus manos una y otra vez por sus cabellos teñidos. 

Las trenzas que siempre llevaba le dejaban ciertas ondas en el pelo.

Tarareabas una canción que escuchaste por ahí y él se relajaba cada vez mas.

Hasta que recordó algo que le venia dando vueltas hace algunos días en la cabeza.

- Solo soy yo ¿Verdad?

- ¿A que te refieres mi amor? - le preguntaste confundida.

- Eso... Solo yo soy tu amor ¿Cierto? 

Reíste.

- Claro que si ¿De donde sacas esas ideas? - hablaste con tono divertido mientras seguías con tu labor de darle mimos a tu novio.

- Mmm nada nada, solo que hay ciertos rumores... - murmuro por lo bajo- Pero no quería desconfiar de ti, amor.

- Mmm esta bien - murmuraste.

Bajaste la cabeza y le dejaste un besito en la punta de su nariz.

- Solo tu, mi amor - susurraste a centímetros de sus labios para finalmente besarlo.

22 de agosto.

Suspiros y jadeos era lo único que se escuchaba en la habitación.

Estabas sentada sobre el regazo de tu novio, con una pierna a cada lado.

Él pasaba sus manos por tu espalda, bajaba por tu cintura, por la cadera, llegando hasta tu trasero, donde daba leves apretones que te sacaban suspiros.

Tu pasabas tus manos por su torso, levantando poco a poco su camisa.

Ibas desabotonando y dejando besos en su pecho, haciendo que tuviera la marca de tus rojos labios sobre su piel.

Él empezó a besar tu cuello, mordiéndolo de vez en cuando y dejando marcas.

Tu tirabas de su largo cabello, y enrollabas una y otra vez mechones en tus dedos. 

El chico dejo tu cuello para mirarte a los ojos. 

Ambos se veían con deseo. 

Se besaron lento, con un poco de desesperación. 

Al necesitar aire se separaron, pero no demasiado.

- Soy tuya - murmuraste contra sus labios.

Tu mirada subía y bajaba, pasaba de sus ojos a sus labios constantemente.

- ¿Solo mía? - pregunto, contrario a ti, intentando verte solo a los ojos.

- Solo tuya, cariño - le confirmaste posando una de tus manos en su cara.

Acariciaste su mejilla, pasando tu pulgar de arriba a abajo con movimientos suaves.

Pasaste tu pulgar cerca de su boca, donde tenia esas marcas que siempre intentaba ocultar con ese cubrebocas. 

Besaste ambas cicatrices y luego lo besaste a él.

24 de agosto.

Con las manos entrelazadas corrían bajo la lluvia.

Reían y gritaban cada vez que pisaban algún charco o la lluvia se ponía mas intensa.

- Dios... - dijo entre risas - Mis hermanos me van a matar si llego así a casa.

Tokyo Revengers one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora