Emma Sano

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Sentada en la sala de espera movías impacientemente tu pierna de arriba a abajo, levantaste tu cabeza cuando escuchaste la puerta abrirse. El doctor salía con una cara seria y se acercaba lentamente a ti.

Te paraste rápidamente.

- ¿Esta todo bien? - preguntaste 

-No- respondió con sinceridad y luego suspiro- Necesito que me acompañe.

Confundida lo seguiste, y cuando abrió la puerta ahí la viste.

Emma estaba medio acosada en la silla, con los brazos cruzados y haciendo una mueca con su boca.

- No me deja anestesiarla y reclama que no se dejara hasta que usted le tome de la mano durante todo el proceso- hablo cansado y masajeando su frente con una mano.

Reíste suavemente y al instante paraste al ver la cara del dentista.

-Yo le advertí que haría esto y usted no me dejo pasar- dijiste risueña caminando hasta tu novia que parecía estar haciendo un berrinche. 

- Hola amor- le hablaste llamando su atención.

Emma inmediatamente dio vuelta su cabeza a tu dirección y en cuanto te vio su cara se ilumino.

- Mi amoor - sonrío - Si te dejo pasar.

- Sip - reíste y asentiste - Me dijo que no te quieres anestesiar.

- Es que - hizo una mueca - No quiero que me pinche las encías - hizo una cara de dolor de solo imaginarlo y apretó tu mano.

 - Ya lo arreglo - le regalaste una sonrisa y te dirigiste hacia el dentista.

- ¿Y bien? ¿Ya puedo seguir con mi trabajo? - pregunto cansado.

- Claro, solo tendrá que anestesiarla con gas - sonreíste.

- ¿Anestesia general? - asentiste - No creo que sea posible, además eso no lo cubre la obra social.

Aun con tu dulce sonrisa le dijiste a tu novia que espere un segundo y cerraste la puerta tras tuyo, quedando el dentista y tú en la sala de espera.

Apenas te diste la vuelta tu sonrisa se desvaneció.

- Escuche - empezaste a hablar seria - No me importa si se tarda de más con el procedimiento, tenemos tiempo, si tiene otros compromisos no me importa, o si tengo que pagar de más, el dinero me sobra - te fuiste acercando a él golpeando su pecho con tu dedo - Usted va a entrar a esa sala, va a anestesiar a mi linda novia y va a quitarle esa muela que tanto le molesta, y la va a tratar ¡como si fuera la maldita reina de Inglaterra!

A este punto ya estabas a centímetros de la cara del pobre hombre. Asique te alejaste y volviste a sonreír dulcemente.

- ¿Entendió? - el dentista solo asintió temeroso - ¡Genial! - golpeaste amistosamente su pecho.

Te diste la vuelta y abriste la puerta.

- Ya está cielo - le hablaste feliz a tu novia.

Emma solo rio. Aunque hubieras cerrado la puerta, ella escucho todo, y estaba segura de que varias personas más también.

- Te pondré anestesia general, por lo tanto, quedaras completamente dormida - hablo nervioso el dentista - ¿Está de acuerdo con eso, señorita? 

Emma solo asintió y te miro a ti.

- ¿Quieres que tome tu mano, aunque estes dormida? - preguntaste.

- Quiero que tomes mi mano toda la vida, amor mío. 

La miraste fijamente.

- Que cursi eres - te sonrojaste y miraste para otro lado para que Emma no te vea.

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⏰ Última actualización: Oct 02, 2022 ⏰

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