Nunca destaque.
Quiero decir, siempre fui una gran luchadora, y con esto me refiero a que tenía todo de mi lado para sobrevivir en caso tal de que se me pusiera en la peor posición del campo de batalla. Estaba preparada para ello, y además no era ninguna ilusa a la que se pudiera engañar fácilmente, quizá no era una estratega de primera, pero me sabía desenvolver sin necesidad de tener a alguien al lado dándome órdenes directas.
Se me conoció por un tiempo como una guerrera perfecta por tanto. Era una peleadora excepcional, tenía un buen coeficiente intelectual, y un fuerte instinto de supervivencia. Sin embargo, ¿al final se podría decir que los elogios no eran del todo correctos? Fueron pocos, ciertamente, y estaban bañados con malicia porque ese ''perfecta'' venía más por los frutos que podía dar que por otra cosa. De ser tan perfecta como los superiores presumían, ¿entonces por qué en la isla Paradis no fui más que un fantasma que vaga por las noches? Porque era buena, pero hasta ahí.
Pues era obvia la respuesta, yo a diferencia de todos los demás nunca hice un esfuerzo por destacar. Así que, sí, era lista, pero no con una inteligencia desbordante, y mis constantes desvelos no me ayudaron a resaltar académicamente —aunque intentara estudiar de vez en cuando—, sí, era muy buena peleando gracias al entretenimiento que me dio mi padre, y el programa de guerreros, pero no era una fiera con instintos inhumanos como Mikasa Ackerman, y sí, era capaz de cometer actos horribles, pero no tenía suficiente fuerza como para soportar el peso de mis acciones sin acabar por desplomarme tarde o temprano.
Yo no era un perfecto ideal de eficiencia, solo era una chica como cualquier otra a la que se le puso una carga inmensa sobre los hombros, y una serie de tareas que debía de seguir estrictamente si quería seguir con vida el mayor tiempo posible. No tenía opción, era seguir órdenes o morir, y con ello en mente, ¿en serio podría darme el lujo de aspirar a algo más? ¿Valía la pena buscar destacarme si al final mi nombre quedaría en el olvido y al momento de mi muerte ni siquiera habría un cuerpo al que enterrar? No me haría polvo como muchos otros que han tenido la dicha de llegar a los cien años, no dejaría buenos recuerdos en mis allegados que los hagan rememorar los viejos tiempos y extrañar mi silenciosa presencia, lo único que quedaría de mí serían los registros de toda la destrucción que provoque en alguna oficina Marleyana en la que opto por no pensar, donde una carpeta guarda una serie de documentos y el nombre ''Annie Leonhart'' se confunde erróneamente con el de ''una guerrera perfecta'' que no hace más que ser un cuerpo sin alma ni espíritu.
Veo mis manos manchadas con la sangre de todas las vidas que estas han arrebatado, y pienso en las vidas que a futuro seguirán quitando. Se me ha enseñado que tengo que matar sin piedad, que la vida de los demás no debería de importar más que la mía y que lo que haga en la isla Paradis será para mi beneficio y el de la causa que me es encomendada. Pero pienso en ello, viendo el éxito de esta misión y el regreso a Marley como la conclusión de este martirio para luego caer en que después vendrán más y más misiones igual de sanguinarias, porque es un bucle sin fin en el que seré un peón en este partido de ajedrez que arrebatará todas las vidas que pueda antes de ser eliminado de la partida. En todo esto, tendría entonces la oportunidad de resaltar como un terrible monstruo sin piedad alguna, pero no quiero ese título, así que sí solo puedo resaltar llamándome a mí misma monstruo, prefiero ser una sombra que se pierde entre muchas otras.
Pero no todos hemos sido hechos para ser fantasmas e hijos del olvido, algunos, sin embargo, nacieron para destacar. Han sido elegidos desde mucho antes de que la historia tuviera inicio, antes de que siquiera tuvieran voz y voto.
—Hey Armin, ¿donde estabas metido? Llevo rato buscándote.
La voz de Eren se pierde entre las demás voces del comedor nada fuera lo habitual cuando se está en medio de un mar de personas que van de un lugar a otro siendo arrastradas por el viento. No me encuentro cerca, no me encuentro al pendiente, se supone debía estar cenando pero cuando distingo el nombre de cierto chico a la distancia me es imposible no ver de soslayo e identificarlo de no tener mucho de entrar en el lugar. No se encontraba particularmente fuera de lugar por el ambiente, y de hecho, parecía conocer muy bien lo hacía y siguiendo un viejo ritual se sentó junto a sus amigos y dejó un corto comentario que por obvias razones no alcancé a distinguir.
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Donde los sueños mueren. | Aruannie
FanfictionTeníamos maneras muy distintas de percibir la vida, pero me permití contagiar por su fe, por sus sueños y esperanzas, porque hasta las personas como yo necesitan a veces de una luz para no perderse en medio de la oscuridad. . . . . Shingeki no kyoji...