#5 - Ella representaba todo lo que él siempre aspiró.

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Una palabra: campamento.

Era parte de los entrenamientos, de vez en cuando se nos dividía en grupos y nos lanzaban a un rincón del campo o bosque en el cual tratar de subsistir. No me era tan desagradable como para otras chicas de las cuales me cuestionaba sus razones para haberse unido a las brigadas de entrenamiento, pero entre dormir en una cama —medio—, cómoda o en el piso, puedo entender porqué la mayoría detesta tanto dormir al aire libre.

Pero cuando se tiene cierto estilo de vida, no se puede elegir realmente donde pasar la noche, así que, ¿qué más da? Pasarla en el bosque junto con un grupo de novatos era un juego para niños. Una pérdida de tiempo, sí, aunque entretenido, debía admitir. Lástima que no estaba ahí para disfrutar y hacer amistades, de ser así la historia sería otra, quizá la de una chica que encontró grandes amistades en un inusual grupo de cadetes, y no la de un monstruo que trata de hacerse pasar por una chica ordinaria para completar una cuestionable misión.

Por una noche, me permití pensar en cualquier cosa menos en lo que me llevó a la isla Paradis, porque ya no soportaba recordarme diario la horrible personas que era, y en serio necesitaba un descanso. Me sirvió mucho no tener a Reiner y Bertholdt a los alrededores durante aquella actividad, pude despejar mi mente y seguir el juego favorito de Reiner desde que llegamos ahí, engañandome a sí, hasta creerme una simple soldado que se encuentra siguiendo órdenes.

Marco, Jean, Hannah, Franz, Armin y yo. No me tocó con gran cosa, pero hey, pudo ser peor, ¿qué tal si me hubiese tocado con Mikasa Ackerman? Confrontaciones constantes, ¿qué tal si Eren hubiese estado incluido? Sin mencionar que Armin y él estarían en su propio mundo, posiblemente habría estado compitiendo con Jean a ver quien arma su tienda más rápido. Sin embargo salí ganando, un equipo sencillo y conformado por personas que poco me importaban, y por ende, con las que poco había convivido. Exceptuando tal vez a Armin aunque él no representaba un problema potencial.

Resumiendo un poco más la historia, Hannah y Marco trataban de hacer una cena ''decente'' Jean, buscaba más leña para el fuego, Franz continuaba ocupado armando su tienda, y Armin que ya había hecho lo que tenía que hacer estaba tranquilo leyendo un libro con la espalda contra el árbol sobre el que yo, en una rama, me encontraba sentada viendo lo que los demás hacían. Ni él ni yo éramos requeridos, así que nadie trató de llamar muestra atención para que fuéramos a ayudar y podría decirse que teníamos privacidad. Tenía ganas de dormir.

—¿Qué acaso siempre traes un libro contigo?

Ni siquiera sé porqué le pregunté algo como eso, más aún teniendo en cuenta que yo estaba a nada de desvanecerme en los brazos de Morfeo. Fue bobo de mi parte, pero él ignoró eso para contestarme.

—A veces... Imaginé no habría mucho que hacer en esta ocasión.

—¿Por qué lo dices?

Dejó caer sus hombros, o al menos eso percibí.

—Tenemos un grupo eficiente, aunque no somos precisamente amigos, después de discutir quien se encargaría de qué y todo eso, nos quedaríamos sin tema de conversación. Supuse que entre no hacer nada y sumirme en un silencio incómodo, o llevar un libro y aprovechar y leer un poco, lo segundo era mucho más factible.

Recuerdo haber fruncido el ceño confundida.

—¿Qué no nos habían dividido en grupos después de que ya teníamos listo nuestro equipaje?

—Sí, pero era fácil adivinar que nos tocaría con personas al azar, las posibilidades de que nos tocara con algún amigo cercano eran pocas.

¿Amigo cercano? Eso debía de decirlo por Eren y Mikasa, yo no tenía eso, pero decirlo y recalcarle mi soledad no me gustaba en lo absoluto, sentía que eso era algo así como... ¿Aceptar que envidiaba poco lo que él tenía? No, no valía la pena.

Donde los sueños mueren. | AruannieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora