En Tierra de Lobos III© [En Edición]

Capítulo 19. Teoría Al Caos

Narra Steve

- ¿Qué es este lugar? Pensé que estamos en nuestras mentes o algo así -giro sobre mis pies observando con dificultad el lugar que Auckland me ha traído el cual está oculto por una densa niebla, hace frío y creo que puedo escuchar el agua correr en algún lugar cercano, pero por la poca visibilidad no puedo confirmarlo.

-Este es el tramo de las brujas Elionas -responde a mi pregunta y yo poso mi vista en él notando que está quitándose la ropa, específicamente su camisa, zapatos y calcetines.

- ¿Qué estás haciendo? -me lo tomo con humor no dándole mucha importancia a lo que acaba de decir.

-Es una señal de respeto y vulnerabilidad -me lo hace saber con naturalidad mientras se baja los pantalones junto a su bóxer para finalmente retirarlos de su cuerpo y dejarlos a un lado, entonces a mi no me queda más que imitar su acción porque sea como sea no quisiera ser irrespetuoso.

-Todos ustedes son tan... -se me ocurre decir mientras me desvisto, pero luego de no tener una palabra decente para describirlos decido quedarme callado.

Es que sólo mírenlo, él tiene un cuerpo envidiable de Dios griego con buenos atributos, ya saben de lo que hablo no se hagan, además posee una personalidad increíble y es muy hermoso en todo el sentido de la palabra para ser una criatura mítica de más de cinco mil años.

-Si esta forma te incómoda puedo usar otra -ofrece entre risas mientras me indica que lo siga y yo me acerco a él al notar que la densa niebla se aleja ante su cercanía.

-No está bien, está forma es muy cool y envidiable -se lo digo con convicción siguiendo el camino que me indica hasta llegar a lo que parece ser un gigantesco abismo donde la niebla no es tan densa.

-No te asustes -suelta mi mano para rodearme con su brazo, toma impulso y salta hasta el otro lado, pero en lugar de asustarme me pareció divertido.

- ¡Eso fue genial! -mi emoción le parece graciosa y cuando la niebla a nuestro alrededor se ha vuelto muy espesa y él se aparta de mí para tomar de nuevo mi mano.

-Me alegra que te guste -se emociona.

-Me recuerdas él por qué nos indujeron a un sueño profundo para llegar a este espacio terrenal que se siente tan real como si estuviera despierto -mi petición le causa un poco de gracia.

-Te indujeron a ti, yo aún sigo despierto -corrige haciendo esta aclaración-, sólo la magia de aquel que recibió la esencia de madre en su vientre me puede afectar -suma esa explicación dejándome un poco pensativo.

-El señor Gabriel es más fuerte que un Levitan -consigo llegar a esa conclusión pensando en todas estas cosas que lo he visto hacer desde que lo conocí-. ¿Qué hay de Roland? ¿Él podría vencerlo? -le pregunto con curiosidad.

-Él frío de la muerte fue portado por madre en forma de espada para derrotar a su padre, imagina por un instante este poder unido a un ser como Gabriel y luego mira esto -me explica elevando su mano libre para crear una ilusión del anteriormente mencionado que me deja con los pelos de punta al mostrarme la verdadera forma del señor Gabriel o tal vez es su transformación, es como un tipo de hielo denso casi parecido al diamante, garras, colmillos y sus ojos son totalmente rojos.

-Tengo algunas preguntas antes de que me ayudes a deshacerme de este sello -se lo digo con inquietud.

-Te escucho -me incita.

- ¿Quién es la madre de la que tanto hablan? Nadie ha dicho mucho referente a quien es o era ella -hago la pregunta más importante de todas.

-Su nombre es Lilith, la madre de todos los hijos e hijas de la noche eterna -responde a mi pregunta con un poco de regocijo al pronunciar su nombre-. Madre fue la primera mujer en el Jardín del Edén, creada del mismo barro con el que fue creado Adán, sin embargo, ella nunca se sintió como su igual, con el tiempo el ser sumisa ante él la ofendió y al sentirse obligada a complacerlo pronunció el nombre de su creador desterrando su existencia del paraíso al lugar donde surgió su imperio -me sorprendo mucho al escucharle decir eso.