Capítulo 1. Oscuridad Oportuna

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Narra Steve

— ¡Steve! —escucho la voz de Claire como un eco distante en mi cabeza entonces separo mis parados con un poco de dificultad notando que estoy atado a una silla metálica de pies y manos, mi rostro duele y mi boca sabe a sangre.

—Fue estúpido intentar robarnos —se ríe un hombre que no alcanzo a ver por la falta de luz en el lugar—, vayan por esa entrometida —ordena en voz alta y se escuchan como unos pasos apresurados se alejan, son más de uno.

—Claire —balbuceo su nombre con un nudo en la garganta, este maldito me ha dado una verdadera paliza.

—Voy a acabar contigo —riñe tomándome del cabello para levantar mi rostro y me va a dar otro golpe pero algo le hace retroceder en el aire hasta estamparlo contra la pared donde gracias a unos agujeros en el techo del lugar puedo verlo, se ve asustado.

—Señor Abismo —le escucho balbucear y en ese momento alguien o mejor dicho algo pasa a mi lado, es como una extraña figura de energía roja muy brillante que me obliga a cerrar levemente mis párpados.

—Te equivocas —su voz de ultratumba retumba por todo el lugar haciendo que los secuaces que este sujeto envió por mi hermana regresen en su ayuda y cuando estos entran al lugar se quedan muy sorprendidos por la bizarra figura brillante quien ahora les tiene en la mira.

—Tu eres su hijo, eres Derian… —alcanza a decir el sujeto en voz alta y en ese momento los cuellos de sus secuaces se quieran dejándonos muy asustados.

—Ese no es mi nombre —le escucho decir a esa cosa pero esta vez es una voz diferente, es la voz de un chico.

—¡Oye viejo! no te quedes allí, ayúdame —pide estúpidamente el hombre con desesperación entonces esta figura de energía roja posa su atención en mí por un momento para romper las ataduras que me tenían sometido de mis manos y pierna sin si quiera tocarme o al menos acercarse.

—Steve no va a ayudarte —dice desviando su atención a él para atraerlo enfrente suyo y luego de ello soy espectador de cómo este chico decapita al hombre en un movimiento casi imperceptible dejándome totalmente anonadado por lo que acaba de presenciar

¿Cómo demonios sabe mi nombre?

—¿Q-quién…? —le voy a preguntar pero en ese momento escucho la voz de Clarie entonces me giro un poco para verla entrar en el lugar con una linterna en su mano.

—Aquí estoy —le digo en voz alta mientras me pongo de pie entonces ella me alumbra el rostro con la linterna así que me giro un poco mi rostro notando que él ya no está, se ha ido.

—Pensé que te había perdido —dice al borde el llanto acercándose a mí para darme un abrazo que no dudo en responder notando algo muy importante los golpes y las heridas que tenía ya no están.

—No, alguien me salvó —digo dándole un beso en el cabello disfrutando de su abrazo un poco más para luego salir de este horrible lugar antes que llegue la policía.

—¿Quién te salvó de esos sujetos? —pregunta con curiosidad deteniendo nuestros pasos al ponerse enfrente de mí antes que crucemos la calle.

—No lo sé —respondo a su pregunta encogiendo mis hombros con una sonrisa burlona plasmada en mi rostro—, pero sea quién sea me salvó la vida y agradezco eso —le dan gracia mis palabras en cambio yo me pongo a pensar en la voz que escuché y lo que provocó en mí, aún puedo sentir esa fuerza.

—Ese fue un amigo, bueno en realidad la astroproyección de su subconsciente —escuchamos la voz de un  un hombre detrás de nosotros dándonos un susto de muerte.

En Tierra de Lobos III© [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora