MAGIC IN LOVE II (LUMITY)(THE OWL HOUSE)

Cap 2: Grito

Amity

Tensión. - ¿De nuevo con ese saco de pulgas? – Pregunto padre molesto mientras me dirigía a la puerta principal. - ¿No te puede llevar el chofer? – Las cosas se habían vuelto tensas, ciertamente. – Si quieres te puedo llevar yo… – En eso apareció madre con su usual actitud bajando las escaleras. – ¿Puedo lle…?

Y, aparte de tensas, mas “normales”, según yo. - No, ve a desayunar… - Padre iba a decir algo. – Es su prometido, Alador, hazte a la idea, nunca llevaste a Edric ni a Emira a la escuela ni una sola vez y ahora… ¿Quieres hacerlo con Amity? ¿No es algo hipócrita de tu parte? – Desde que Ed y Em ya no estaban debido a que ahora eran residentes en los dormitorios de Hexson, la cual quedaba en otra isla y no tenía caso que siguieran viviendo aquí ya que aparte eran ya mayores de edad… La casa sin ellos se sentía algo más tensa.

Debía de admitirlo y más con el hecho de que padre fue quitado de su cargo, como Líder del Aquelarre de Artes, y estaba, por el momento, desempleado y mis tíos le decían un montón de cosas insensibles por correo cada que pudiesen y el abuelo… Ni siquiera le ha dicho nada al respecto. – Lo siento... – Se disculpó él mirando al suelo. – Lo siento mucho, Odalia.

Mamá se sobo las cienes. – Solo… - Ella suspiro. – Solo ve a desayunar, por favor, querido. – Padre fue algo apenado al comedor viendo para abajo.

También debía de admitir que ver a padre así de deprimido me dolía un poco. - No deberías de hablarle así. – Nunca espere haber dicho ese comentario en algún momento de mi vida, más bien, nunca espere decirle algo a madre sobre su actitud poco amable. – Esta… Esta muy triste, ni siquiera ha ido a su taller a siquiera dibujar algo… – Sujete mi falda sintiéndome ansiosa ante su mirada reprensiva, ese azul tan repelente. – Yo… Lo siento… Yo no…

Ella suspiro. – No, tienes razón, estoy siendo muy dura con él... – Respondió simplemente. – Es solo que… - Parecía cansada. - Ed y Em en Hexson, su pérdida de empleo y contigo en rehabilitación fue como si todo se me viniera encima. – Asentí no sabiendo que decir al respecto. – Pero, todo está bien, querida, ve a la escuela, yo me tomare unos días del trabajo también... – Asentí abriendo la puerta. – Amity… - Voltee con ella. – Sé que no lo he dicho mucho, pero… - Desvió la mirada. - Te quiero… - Mire al suelo. – Eso es todo, si no te vas ahora vas a lle… - Tal vez Paige me había hecho un poco más abierta respecto a todo lo que sentía y que me aguardaba.

Le agradecía bastante. - Y-Yo también… - Ella me miro con sus ojos intensos azules, aquellos que aún me daban miedo. – Creo. – Y cerré la puerta antes de que dijera algo mas o eso se pusiera más incómodo y raro de lo que ya era. – Creo… Siempre he creído que te quiero… – Me susurre a mí misma mientras bajaba los escalones que había que cruzar para llegar a la puerta principal. – Que hipócrita sueno ahora mismo... – En eso sonó la bocina de un auto y voltee sabiendo de quien era. - ¿Qué? ¿Ahora no puedo hablar en voz alta conmigo misma?

Y ahí estaba ese ojos de canica. - Claro que puedes… – Me dijo él mientras estaba en el piloto del auto. – Pero sería muy raro para ser mi esposa. – Saque la lengua. – Ya vas a empezar con tus niñerías. – Me subí al auto a un lado de él. – La imagen lo es todo, Amity, recuérdalo.

Bufe irritada. - Lo dice el chico que se pinta el cabello... – Y también ciertas cosas no solo se habían puesto tensas en mi casa, también afuera de ella, lo que faltaba. - ¿Eso no solo lo hacen los chicos gay? – Y empezó a conducir.

El rio. - Vaya, una lesbiana con prejuicios acerca de la masculinidad, algo nuevo… - Puse los ojos en blanco. – Estamos en el siglo 21, cualquiera puede pintarse el cabello... – Él era Fraise Devries. – Yo no digo nada por tu cabello hecho un desastre… – Y, en términos generales, era mi prometido. - ¿Por qué no te haces un permanente, he?