Un entorno lleno de ambiciones y decisiones egoístas de dos padres cuyas empresas se encuentran en la cúspide de su carrera y prestigio, pero entre más alto escales la caída es más fuerte por lo que recurriendo a todos los medios que tienen a su alc...
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Esa noche no pude dormir aunque por más que yo quisiera y me obligar a hacerlo. Mis sentimientos estaban dispersos y confundidos, mis emociones daban altibajos que no hacían más que confundirme. Por un lado me gusta Santiago, es lindo, caballeroso, agradable él es todo lo que siempre quise, las últimas semanas que conviví con él, es más desde que lo conocí siempre la he pasado bien con él, compartimos muchas cosas, él me entiende, él es todo lo bueno a lo que me puedo aferrar ahora y lo único a lo que me puedo apegar. No sabía que decirle, como decírselo pero sabía que tampoco tenía otra opción.
También está el problema que tiene papá, la empresa, todo por lo que ha trabajado no se podía desmoronar ahora aun si le culpable de todo esto es alguien más, sus problemas también me implicaban, no podía mantenerme al margen cunado papá es toda la familia que tengo y que gracias a él es porque yo estoy aquí, no podía dejarlo con un problema tan grande como este, de alguna manera aunque yo no quisiera tendría que obedecerlo.
Y hay algo que no me incomodaba del todo y es que aunque yo estuviera encantado por la perfección de Santiago, yo aún estaba enamorado de Leandro y eso no lo podría cambiar nadie, ahora más que nunca el deseo de ser por completo parte de su vida me embriagaba, la ilusión de casarme con él aunque fuese falso me alegraba, sentía que de esa forma estría más cerca de él y tal vez tendría la oportunidad de enamorarlo pues esa mujer ya no estaba con él, igual y él había aprendido la lección de que por primera vez había sido engañado y dejado por una mujer, era un gran golpe hacia su ego.
Y más pensamientos así tuve por toda la noche que cuando menos me di cuenta ya eran las 7:30 am, era hora de levantarme para el desayuno, si bien anoche me sentí muy molesto por la repentina confesión de Santiago y por la noticia que tomaron sin pensar en mí, asumieron que yo accedería de buena gana a casarme con Leandro y que ahora mis planes y mis sentimientos hacia Santiago tendría que ser esfumados por el bienestar de papá y trataba no estar enojado con papá pues suficiente tenía con la pérdida tan grande de dinero que había tenido, de seguro estaba muy agobiado.
Me di una ducha rápida y bajé al comedor donde papá ya se encontraba como todas las mañanas leyendo su periódico.
-Buenos días- Y a diferencia de muchos otros días, me miró dejando su periódico de lado mientras yo me sentaba y Carla se acercaba a dejar nuestro desayuno.
-Buenos días- Dije mirando mi plato.
-Quiero hablar de lo de anoche- Se veía preocupado y con intención de que ante una respuesta negativa por parte mía él haría todo para convencerme.
-Siempre decides sobre mi vida, no será la primera vez- Zanjé seco comenzando a comer. Era inevitable, no podía ocultar mi molestia ante sus decisiones por mucho que fuera por el bienestar de la empresa.
-Hijo, lo sé, pero ahora es la única idea que se nos ocurrió y por lo tanto la más rápida, te lo pido por favor- Hasta este punto casi me estaba rogando porque aceptase.
