Capítulo 12

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Se miró al espejo y solo vio una niña pequeña, con su melena rubia agarrada a dos coletas que le ha echo su abuelo, un vestido de flores con unos zapatos de color blanco. La niña gira sobre si misma, le encanta el movimiento que hace su vestido. De lejos escucha que le llama su abuelo. Ella corre hasta sus brazos y se envuelve en ellos.
-Eres la niña más hermosa que he visto.- luego le pone una rebeca encima de sus brazos.
Y ahora me observó a mi, he cambiado tanto, ahora llevo gafas mi cabello rubio ha perdido brillo, tengo ojeras, y ya no llevo aquel precioso vestido, ahora llevo una sudadera grande con unos leggins de color negro y unas vans. Levanto mis mangas de mi sudadera y mi piel ya no era blanca, tenía un color rojizo a causa de los cortes.  Vuelvo alzar la vista al espejo y me encuentro a mi abuelo detrás de mí . Me giré y lo abracé y me puse a llorar.
-Estás hermosa.-me dijo a la oreja.

-Emily despierta.- me decía una voz. Iba abriendo los ojos poco a poco y vi a Carlos con una sonrisa.
-Hola.-dije con voz de dormida.- ¿Cuánto tiempo he dormido?
-Tres horas
-¿Ya ha llegado tu madre?-le dije sentando me en el sofá.
-Sí pero se fue a pasear a Teddy.
-Oh dios que vergüenza. ..-dije sonrojada.
-A mi madre le has parecido muy adorable.- Dijo y me guiñó un ojo.
Nos quedamos mirando la televisión, hasta que llegó su madre. Me puse de pie y le saludé.
-Hola.-dije vergonzosa.
-Hola, soy Anna, y tú debes ser Emily ¿Verdad?- Me preguntó.
-Sí, bueno yo quería agradecerle que me deje quedarme durante un tiempo, le estoy muy agradecida.
-No hay de que, cualquier cosa ya sabes donde estamos.
Estuvimos hablando un rato y después Anna se fue hacer la cena y yo me quedé con Carlos.
-Vamos a ponernos el pijama.-me propuso.
-Sí vamos.- se levantó y me tendió su mano, la acepté y me puse de pie. Me guió hasta tu habitación, pasamos todo el salón hasta llegar a las escaleras, subimos y había una puerta a mi izquierda y otra a mi derecha, él me guió hacia la derecha. Abrió la puerta y la s paredes eran azules, a mi derecha había una estantería a mi izquierda había un escritorio con una silla de color negra y encima del escritorio un portátil. Delante de mí había una ventana en la pared del fondo su cama. Y encima de su cama unos Posters de grupos de música. Mi maleta está al lado izquierdo de la cama, me acerco hacia la cama.
-¿Me puedo sentar?- Pregunté a Carlos.
-Sí claro.- me senté en la cama de Carlos y abrí la maleta  y vi el libro de mi abuelo. Carlos mientras se ponía el pijama y no pude evitar mirar, se quitó la camiseta y estaba cuadrado. 

-Se te cae la baba.-me dijo sonriendo.
-Y..yo..am..per..dona.-dije vergonzosa.
-Te has puesto roja.- Se rió.
-Es algo común en mí.-volví a mirar mi libro, empecé a hojearlo, la letra de mi abuelo era en cursiva habían páginas escritas en bolígrafo azul y otras en negro.

-¿Qué es eso amor?-dijo Carlos detrás de mí.

-Es un libro que me escribió mi abuelo lo encontré en mi estantería.

-¿Y ese no lo encontró tu madre?-Por suerte no lo dejé debajo de mi almohada.- De fondo se escuchó a la madre de Carlos llamándonos para bajar a cenar.

-Vamos a cenar pequeña.- me dio un beso corto en los labios y fuimos a cenar.
Ninguno en la cena decíamos nada, yo jugaba con el tenedor mi estómago se ha costumbrado a no comer por las noches y se me hace imposible probar bocado.
-¿Amor no comes?-me pregunto Carlos
-No es que no me encuentro muy bien, tengo un nudo en el estómago. -Normal con todo lo que ha pasado.- me dice su madre y yo agachó la cabeza.- Ya veras todo pasará.-me sonríe. Yo asiento.
-Creo que me iré a dormir.-dije levantandome de la silla.
-Descansa preciosa.-me dijo la madre de Carlos.
-Gracias.-le dije con una sonrisa falsa.
-Ahora iré yo amor.-me dijo Carlos, a sentí y me fui a la cama.

Una vida solitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora