Capítulo 5

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No pude evitar soltar unas lágrimas, recordar a mi abuelo, enchufado a esas máquinas, eso era triste.

-Hey no llores, lo siento mucho.- dice mirándome a los ojos, me seco con la manga, y le dedico una sonrisa nostálgica. De repente suena el móvil de Carlos.- perdona.- cojee el móvil y se va fuera del cuarto, vuelvo a estar sola, vuelvo abrir el portátil, y me quedo mirando mi pequeño diario, nadie se puede enterar de esto.

Carlos ya ha dejado de hablar y vuelve a entrar en mi cuarto.

-Era mi madre que ya viene de camino.- eso me puse un poco triste no quería quedarme sola.

-Ah vale, ¿que quieres hacer?.- Carlos miraba todo mi cuarto, como buscando, alguna cosa en especial.- En mi cuarto no hay nada interesante.- se levanta de la silla y se dirijo a la puerta que hay al lado de la cama.

-¿Que hay detrás de esta puerta?- me dice curioso

-am....

-¿Puedo entrar?- asentí con la cabeza, no tenía que ocultar nada. Abrió la puerta y encendió la luz, me levante y me puse detrás de él.

-¿Libros?

-Sí- entro curioso, era mi pequeña biblioteca, allí tengo libros que mi abuelo me comparaba de pequeña y desde entonces me encanta leer, mi madre no sabe de este lugar, es mi pequeño refugio, tengo libros infantiles, juveniles, para gente grande... Tengo a, Cervantes, Federico Moccia, Abert Espinosa, Pauolo Coelho, y mas...

-Eres como una caja de sorpresas.- dice cerrando la luz, y saliendo de mi pequeña biblioteca. Se queda en frente de mí y acerca sus labios a los míos, cierro los ojos, cuando noto su respiración contra mi boca, entra alguien, gritando.

-¡Emily!- era mi madre, hoy llega antes.-¡Emily!

-Mierda mi madre, escondete.- volvió abrir la puerta de mi pequeña biblioteca y se metió dentro y cerré.-¡Ya voy!- bajee las escaleras y me la encontré delante de mi con una cazadora negra en las manos.

-Hola.- le digo fría.

-¿¡De quien coño es esta cazadora?!- me grita.

-No me grites.- digo bajo.

-¡¿Eres sorda?! ¡¿De quien es?!- sigo sin decir nada.- ¡¿Cuantas veces te hemos dicho que tienes prohibido traer chicos, para follártelos?!- no puedo con esta angustia se me hace un nudo en la garganta y solo tengo ganas de llorar.- ¡Ostia responde! ¡¿Eres retrasada o que?!.

-Gilipollas.- digo bajo, pero se ve que me a escuchado.

-¡¿Que has dicho?!- me levanta la mano y me da una bofetada, de lo fuerte que me ha dado, me tira al suelo, y empiezo a llorar. Escucho como alguien baja rápido la escalera.

-¡Emily!- dice Carlos, baja los últimos escalones y me abraza contra su pecho.-¡No se merece a esta hija que tiene, es una mala madre, estaría mejor con una familia de adopción que contigo!

-Mira niñato, callate la boca, que mi hija es un puta que cuando esta sola en casa, solo trae chicos para follárselos.

-¡Eso no es verdad, yo he estado con ella y no hemos echo nada, y dudo que lo haya echo con nadie porque soy su primer novio. Ella en la vida se ha liado con nadie! Emily vamos.- dijo levantándome  del suelo.

-Perdona pero mi hija no se va a ninguna parte el que se va eres tu.- mi madre se dirijo a la puerta, la abrió y tiro la cazadora de Carlos. Yo me quede abrazada a Carlos no sabía que hacer, solo lloraba contra tu pecho y el me abrazaba mas fuerte, por una vez en mi vida me siento segura.- venga ya puedes largarte. Carlos me susurra a la oreja:

“Tranquila, mañana te vendré a buscar, no te preocupes, te quiero” y me dio un beso.

-Oh que bonito, ahora largo.- Carlos se separo de mi y se fue, mi madre cerro con un portazo y yo me fui a mi cuarto, me tumbe, en la cama y empece a llorar. Después recordé que tenía mi vieja cajita, en la mesilla me cerco, abro el cajón y allí esta.

Una vida solitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora