Una vida solitaria

Capítulo 10

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Y ahí estaba otra vez, sentada en una silla, en aquella habitación sola y oscura. Y ahí estaba él, a mi lado.

- Hola pequeña.- Y me sonrió.

- Abuelo...- y me cayó una lágrima.

- ¿Eres feliz… o actúas como si lo fueras? Mentir está mal princesa.

¿Qué? ¿A qué venía eso? No entiendo nada.

- Pensamos que hacemos lo correcto, pero nos equivocamos.-

Y con esas palabras se marchó y volví a quedarme sola en aquella habitación oscura.

*****

Sonó el despertador, eran las 7:00 am de la mañana, hora de levantarse, tenía clases. Esas horribles horas dentro de un habitación escuchando al estúpido profesor hablando de cosas que para mi futuro no servirá para nada, claro si tengo algún futuro.

Me levanto de la cama y me dirijo hacia el lavabo, me lavo los dientes, me peino y me miro al espejo, he cambiado mucho, ya no suelo tener toda aquella alegría de antes.

Vuelvo hacia mi habitación y busco en el armario algo que ponerme, cojo una camiseta que me tapan los brazos, no quiero que nadie se entere de lo que escondo y por encima una grande sudadera que me llega hasta las rodillas,  cojo uno pantalones negros no muy ajustados y me pongo mis bambas blancas.  Bajo hasta el comedor y me encuentro con mi madre.

-¿Vas a ir así al instituto?- Me miró de arriba abajo.

- ¿Sí por qué?- Dije.

- Pareces un chico.

- ¿Alguna vez me dirás que soy al menos un poco guapa? Soy tu hija.

- No, eres horrible.

Bien, de buena mañana y ya discutiendo con mi madre, a veces sólo quiero irme lejos de ella, así ella podría ser feliz, un error, eso soy para mi madre. Sin decir nada salí del comedor cogiendo una manzana para desayunar.

7:30 am, era la hora cuando Jan venía a buscarme para ir al instituto, no creo que venga así que me iré sola.

7:58 am, llego al instituto, veo a Jan metiendo sus libros en la taquilla. Iba a acercarme hacía él pero el timbre que anunciaba el comienzo de clases hizo que la multitud  no me dejara ver a Jan, lo perdí de vista. Entré a mi clase, una clase aburrida con los típicos niñatos haciendo sus tonterías, niñas pijas hablando de lo mucho que le gustan sus uñas “estúpidas”, los típicos “niños malos” sentados en la última fila, los empollones esperando con ansias al profesor, y yo bueno, la típica “rara”, no suelo relacionarme con nadie, soy el bicho raro, siempre lo he sido.

Me siento en mi lugar y espero a Jan. Jan entra por la puerta y si dirige a su lugar, pero al ver que estoy yo, se sienta dos mesas detrás que yo, algo no está bien. Intento hablarle pero en aquel momento entra el profesor. Pf matemáticas, matadme.

Toca el timbre, por fin, después de tres clases de infierno toca patio, odio el maldito instituto.

Salgo de mi clase y voy hacia mi taquilla, meto los libros y me dirijo hacía la cafetería, Jan y yo siempre nos encontramos ahí.

Entro en la cafetería y busco a Jan con la mirada, pero ahí no está, salgo afuera y me lo encuentro de frente, no nos miramos ni a los ojos.

-Hola.- le digo vergonzosa.

-Hola.- me respondió frío.

No sabía que decirle hasta que mis labios pronunciaron mis pensamientos.

-¿Por qué me has estado evitando todo el tiempo?- en ese momento lo mire a los ojos. Seguía mirándolo y no obtenía respuesta.- ¿Podemos ir a sentarnos en los bancos?- asintió.

Una vez en los bancos le volví hacer la pregunta.

-¿Por qué me has estado evitando todo el tiempo?- miro hacía a un lado y me contesto.

-Es difícil estar a tu lado, sin que se me acelere el corazón, es difícil dejar de todo lo que siento, si lo he hecho hasta ahora, pero es que cuando te veo, me duele, me duele a verte perdido, me duele que estés con él.- dijo alzando un poco la voz.

-Jan.- le cogí de la mano,  él me la cogió y me miro a los ojos.- para mí esto también es difícil, me duele mucho pensar que te quieres alejar de mí.- se me empiezan a llenar los ojos de lágrimas.- no quiero volver a estar sola, no quiero volver a caer en esta mierda.- le digo señalando el brazo.-  no quiero encontrarme otra vez con la misma situación, porque ahora ya no tengo a mi abuelo.- dije llorando, Jan me abrazo, os parecerá una tontería, pero echaba de menos sus abrazos.

-Va tranquila, lo siento, yo tampoco quiero perderte, prefiero a tenerte como amiga antes que a una simple compañera de clase.- dijo abrazándome más fuerte. Nos quedamos así hasta que sonó el timbre hora de volver a clase.

Nos tocaba Física y química, pero la profesora no vino, y entro un profesor de guardia. Jan se sentó esta vez a mi lado. Estábamos hablando de películas, de los estrenos de este mes, pero el profesor nos llamó la atención varias veces y nos echaron de clase.  Decidimos ir a beber agua a la fuente, como estaba enfrente de nuestro edificio no tardaríamos mucho. Una vez en la fuente pensé en mojar un poco a Jan, ya que estaba a mi lado, así que puse el dedo debajo de donde sale el agua, me puse para no mojarme y le dije.

-¡Cuidado!- me miro y prendí el agua y se mojó todos los pantalones.

-Emily la acabas de cagar.- me dijo con una sonrisa malévola. Empecé a correr pero me agarro de la cintura.

-No no no Jan para.- dije mientras me intentaba liberar de sus brazos, pero era imposible. Abrió la fuente y me puso debajo como si me fuera a lavar la cabeza. Sentí el agua fría, por mi cabeza y grite.

-¡Jan!- estuvimos jugando con el agua hasta que quedamos empapados, decidimos irnos a poner la ropa de gimnasia ya que tocaba después. Una vez llegamos a clase, nos encontramos al profesor en la puerta con los brazos cruzados, nos esperaba una buena.

Después de la bronca fuimos corriendo a hacer educación física, no era una cosa que nos pasa que nos apasionara pero no estaba del todo mal. A la siguiente hora, el profesor tampoco vino y dimos gracias al cielo porque nos tocaba examen. Recogimos nuestras cosas. Fuimos hasta la salida haciendo bromas y corriendo, pero Jan se paró en seco cuando vio a Carlos en la puerta.