Sin querer olvidar, se olvida
Lorent Lombardini***
son melancólicos los momentos que se trae y que se lleva en toda una vida; pero más melancólico es, el saber que tarde o temprano ya no recordaremos momentos que de alguna manera marcaron una pequeña pauta, un instante inesperado y a la vez riquísimo en nuestra mente, pero que al paso del tiempo vamos olvidando poco a poco.
El reloj ya lo detesto sin estarlo mirando, las manecillas me tienen en un sufrible aburrimiento y el estómago está dando giros que en cualquier momento anunciaran un reflujo no deseado. Los nervios me comen desde adentro del pecho y las manos no paran de sudar, la pierna derecha tiene un tic que no suspende y eso me coloca más ansiosa desde que llegue a la clínica con Mark.La cita acordada era a las once y diez minutos de la mañana, y veo que ya son más de la doce del día y me frustra en demasía que estoy perdiendo tiempo y muy valioso en mí trabajo. Las citas que tenía para este día, ya no pudieron hacerse por la noticia de mis diagnóstico que me la dan hoy a la hora que el doctor marcell le había dicho a Mark, pero las manecillas del reloj siguen sin parar y el tiempo sigue sin detenerse y nada ni nadie viene por nuestra búsqueda, ¿será que la reunión es más compleja de lo que pienso? O ¿es que mi diagnóstico no es tan importante como pensábamos?
Decido levantarme e ir por unos caramelos que están en la recepción del fondo, camino y voy visualizando que en cada esquina hay un florero con tulipanes blancos y amarillos, me acerco a ellos e inclinándo me huelo su dulce aroma, que me lleva a la paz y a la vez a un malestar de mareo y nauseas contenida. Me dispongo a correr a los baños antes que vomite en pleno pasillo, y llegando al primer retrete voto todo lo que me había comido en el desayuno.-Estúpidos nervios – hablo bajo para que nadie escuché lo que digo.
Lavo mi cara y me veo en el espejo que está en el baño. Mi rostro tiene dos grandes ojeras y unos ojos brillosos como si hubiera estado llorando por horas, los ansiolíticos no ayudan en nada y los nuevos fármacos hacen estragos que me dañan poco a poco, pero decido no decir nada acerca de lo que siento cuando ingiero aquellos medicamentos nuevos. Deberé de acostumbrarme con el paso del tiempo y que mi cuerpo vaya adiestrándose con los diferentes fármacos.Salí del baño, no antes sin maquillarme un poco y no verme tan destruida, un poco de rímel y labial para disipar las miradas de indiferencia y para sentirme un poquito más segura. Pero la seguridad se fue por donde se fue el vómito, ya que al salir del baño el doctor marcell y Mark estaban esperando fuera de este.
Camino con paso decidido de la mano de Mark, entrando de nuevo al despacho del doctor, esta vez solo.- ¿Cómo has estado lorent?- pregunta él, sacando una carpeta marrón de un portafolio.
Me mira y espera mi respuesta, pero de mi boca no sale nada. Mark apretuja mi mano levemente y me hace reaccionar-Bien- contesto con poco tono de voz
-¿has tenido sueño últimamente? – vuelve con otra pregunta, esta vez abriendo la carpeta y ojeándola
-Un poco- respondo de nuevo sin una pizca de ganas
Me recuesto en el hombro de Mark, y cierro mis ojos al ver que el doctor no hace ni dice nada de nuevo. Suspiro y para cuando vuelvo abrir los ojos ya no veo al doctor en su escritorio, sino en la puerta para abrirla y darle paso al hombre que traía el diagnóstico esperado.
¿Cómo lo sabía? Por el fichero debajo de su brazo y porque mi nombre estaba escrito en letras mayúscula, debajo de un título que me erizo los vellos del cuerpo, completamente.TRASTORNOS PSICOLOGICOS
LORENT LOMBARDINI-Buenos días señorita lombardini, un gusto volverla a ver- habla el recién llegado sin mirarme - ¿Cómo le ha ido colega?- esta vez se refiere a Mark
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muertes perversas (+18)
Randomoscuridad, nada más que eso. oscuridad, mi fiel compañera. oscuridad, muertes. oscuridad, sexo. oscuridad, perversa. oscuridad, mi alma. oscuridad, yo. si quieres tener una vida normal, aléjate de mí. porqué en el mayor de los casos, puedo arran...