Capítulo 13 - Competencia de Bastardos -Parte 4.2

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[Ethan]

Ethan sintió su presencia dentro de la habitación, a pesar de su patético esfuerzo por ocultarla. Después de que Joe y sus hombres se habían retirado, asegurándose de que nadie pudiera entrar o salir, el silencio había reinado dentro de la habitación. Aunque claro no había durado, ya que pronto comenzó a escuchar disparos, gritos e incluso había detectado un pequeño aroma diferente en el aire, alguna clase de gas venenoso.

— Sé que estás aquí. ¿A qué has venido? —preguntó a la oscuridad, sin recibir respuesta alguna, aunque parecía que las sombras se movían poco a poco. —¿Has venido a terminar el trabajo de Joe?

— Eso sería tan sencillo. Yo solo he venido a cumplir mi rol en esta obra trágica. Vine a liberarte. —musitó una voz distorsionada y Ethan pensó que le estaban engañando sus oídos.

— Puedo hacerlo yo solo, sabes.

— Si ese fuera el caso, ya lo habrías hecho. —se rio y Ethan gruñó, aun no recuperaba toda su fuerza y la debilidad se apoderaba de su cuerpo con cada segundo que este intentaba recuperarse de sus heridas. Necesitaba alimento, pero para conseguirlo debía liberarse y las posibilidades de que pudiera hacerlo por sí mismo eran muy escasas. Le molestaba admitir que la sombra tenía razón, pero así era. Una bolsa de plástico cayó delante de sus pies. —Creo que esto será de tu agrado.

Ethan bajó la mirada y observó la bolsa durante unos segundos, hasta que una letra en negro llamó su atención.

— Prefiero A⁺.

— No somos un restaurante, ¿sabes? Sino lo quieres... —una mano enguantada salió y cogió la bolsa de una esquina, pero Ethan colocó su píe sobre ella, jalándola hacia él, en un acto receloso.

— Gracias. —tragó en seco, sintiendo la picazón de sus colmillos que comenzaban a brotar de sus encías y su lengua cuya saliva le hacía agua la boca.

Lo tomaron de las muñecas y jalaron hacia atrás, sujetándoselas. Un segundo después, sus manos eran libres y la cuerda descansaba en el piso, cortada por la mitad.

— Date prisa. Joe está a punto de escapar. Después, todo estará perdido. —señaló con fastidio.

Ethan tomó la bolsa y la acercó a su boca, mientras con uno de sus colmillos perforaba suavemente una esquina y desde ahí comenzaba a beber, succionando con fuerza hasta que la bolsa llena quedó completamente vacía. Se relamió los labios, tragando hasta la última gota de sangre y arrojó la bolsa desinflada hacia la oscuridad.

— Si lo sabías, ¿Por qué no lo detuviste tú mismo? —preguntó con molestia Ethan, acercándose hacia donde ahora sí podía sentir su presencia, quedándose delante de él.

— Ese no es mi trabajo. Yo soy solo un observador. —respondió a la defensiva, aunque si lo que decía era cierto, se había salido de su rol desde hacía mucho tiempo, que estuviera ahí era prueba de que ya no estaba jugando a ser neutral, estaba tomando partido y cambiaba el tablero.

— Temes que te descubran, ¿no? —Ethan se acercó y el sujeto retrocedió, cauteloso. —Cuando sepan que eres igual a su enemigo, ¿Qué crees que te harán? —una sonrisa apareció en el rostro de Ethan y negó con la cabeza suavemente, divertido. La aversión al rechazo de su propia "familia" era mayor a su temor a su amo, pero sabía que cuando todos lo supieran, no serían misericordiosos.

— Apresúrate, eso si quieres alcanzarlo. —dijo por última vez antes de desaparecer entre las sombras y dejarlo solo en la habitación.

Cuerpo Frío, Corazón CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora