Capítulo 1 - Ciudad Zwielicht - Aliados

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Realeza Vampírica:

Raeligh – Longworth – Knightley – Annestey - Birdwhistle













[Capítulo 1 – Ciudad Zwielicht – Aliados]


"Detrás de estas paredes, se ocultan la maldad detrás de bellas sonrisas. La belleza es eterna, pero a cuesta de la vida de muchos. Y la inocencia está prohibida, no si quieres sobrevivir"

***

[Jason]

El rudo movimiento del vehículo, que me hizo resbalar y golpearme contra el suelo, me despertó de mi sueño. Gemí por el dolor en mi brazo, pero lo sofoque en un suspiro prolongado. Me aferre a lo primero que pude y logre colocarme de pie, algo estaba sujeto a mi tobillo, tratando de apartarlo un tintineo se escuchó. Baje la mano hacia la zona, un grillete se cernía alrededor del tobillo, estaba demasiado apretado, una larga cadena se mostraba al grillete, prendida del suelo.

Ahora que lo veía con más claridad mis muñecas tenían unas bandas metálicas, emitían una pequeña luz verde en una parte, no veía más por la oscuridad del lugar. La única luz provenía de una ventana a mi costado, camine hacia ella, aunque el movimiento fue restringido cuando quise alcanzar el marco con grandes remaches, aun así podía ver a través de ella.

Abrí los ojos de par en par, tragando en seco, casi podía sentir mis piernas temblar. Todo pensamiento de esperanza desapareció de mi mente. Este es el fin, Jason.

Lleve mi mano hacia mi garganta, algo metálico hizo contacto con mis dedos y  me aparte. ¿Qué era eso en mi cuello?

Era una delgada banda alrededor del cuello, intente removerla, pero era inútil. Un collar de obediencia.

Viendo a través del vidrio pañoso (sucio) unas grandes puertas se abrieron frente a mis ojos, el muro de ciudad Zwielicht se erguía como una gran muralla, la cual mantenía alejados a sus enemigos y protegía la ciudad.

Me deje caer al suelo, bajando la mirada a mis muñecas

-         ¡¡Déjenme salir, malditos!! – grite, golpeando con mi hombro una de las superficies. Una pequeña abertura frente a mí, pude notar movimiento de alguien.

-         ¡¡Cállate, bastardo!!

-         Déjenme salir, ¿A dónde me llevan? Malditos... - mi voz se acallo al sentir una descarga recorrer todo mi cuerpo. Haciéndome caer al suelo, convulsionándome, me agite, apretando las manos y los dientes, tanto que sentí me sangrarían las encías.

En el suelo, aun con ganas de levantarme y golpear, porque no me iba a quedar quieto como un buen chico. Ese, obviamente, no era yo. Retorciéndome aun, comencé a arrastrarme para alcanzar a llegar a la rendija. Pero el sonido de algo parecido a un rociador comenzó, buscándolo con la mirada, en un segundo pude percibir  una extraña fragancia que flotaba en el aire. Rápidamente mi vista comenzó a nublarse, sintiendo la pesadez en mi cuerpo.

Cuerpo Frío, Corazón CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora