Capítulo 12 - Competencia de Bastardos - Parte 4.1

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[Bateman & Angel —Piso Inferior de los Laboratorios de Crossing DNA Corp—Área Restringida]

Angel se sentía inquieto. Normalmente solo se desplazaban por las zonas que estaban permitidas y es que a pesar de todo el tiempo que llevaba trabajando para Bateman aún no podía ingresar a las áreas restringidas, la cuales estaban tan seguras y custodiadas que si ingresar era difícil, salir lo era todavía imposible.

Y sin embargo ahí estaban, bajando al Piso Inferior, donde se encontraban los laboratorios y experimentos más secretos y de los cuales nadie fuera del complejo tenía idea.

Le sorprendió que Bateman se lo informara, que no seguirían el itinerario que había preparado, que cancelara todas sus reuniones e hiciera tiempo, limpiara su agenda y no tuviera ningún pendiente.

No había sido fácil liberarlo por un día, pero lo había conseguido a tiempo para acompañarlo. Normalmente él se encargaba de la organización de la papelería de Bateman y su trabajo se limitaba más a estar detrás de una pantalla y responder llamadas, algunas veces tenía que acompañarlo a sus reuniones, pero solo cuando estaban apretados de tiempo.

En un principio había imaginado que estaría trabajando en los laboratorios junto a Bateman, pero pasó de un científico a una secretaria.

Si Bateman lo estaba considerando para descender a los laboratorios significaba que estaba haciendo algo bien y que confiaba lo suficiente en él como para dejarlo pasar esas enormes puertas de acero. Quien sabe, tal vez su suerte estuviera cambiando y pronto dejaría el escritorio para trabajar detrás de un microscopio.

Era un lugar enorme, lleno de contenedores y había muy pocos científicos que se movían de un lado a otro, a diferencia de los Fledermaus que vigilaban cada centímetro del lugar, se tomaban su trabajo muy en serio. Tal vez Bateman temía que hubiera alguna fuga de información confidencial. Los hombres que trabajaban aquí eran seguidos por un Fledermaus que iba bien armado y mantenían su atención sobre los presentes, todos eran posibles traidores, nadie estaba excluido de sospecha.

Apretó las manos, nervioso. No podía arruinarlo o sería su última oportunidad de impresionar al jefe y conseguir un ascenso.

Los hombres parecían reconocer la autoridad de Bateman, ya que tan pronto lo veían se apartaban, sin importar lo que tuvieran en las manos. Los Fledermaus lo saludaban con la mano en la frente y se hacían a un lado con los rifles a un costado. No preguntaban qué hacía ahí, solo lo dejaban moverse y no se interponían en su camino, pero Bateman no les prestaba atención, solo continuaba caminando.

Angel había sentido la mirada de las personas cuando pasaban siguiéndolo atentamente, él no estaba fuera de peligro aunque estuviera con Bateman, ya que si pensaban que actuaba extraño le dispararían de inmediato, sin dudar y su cuerpo desaparecería.

Los contenedores quedaron atrás y fueron sustituidos por tanques llenos de un líquido verde y que ocupaban todo el espacio adyacente. Era un largo pasillo y ambos lados podía observar especímenes que flotaban en el líquido y en el cristal había pequeñas pantallas en las que se mostraban su información y signos vitales. Estaban vivos y aunque algunos tenían forma humanoide, los había tipo reptiliano, llenos de escamas y con la piel lisa, incluso tenían cola. Los más extraños eran los que no tenían una forma definida, tenían cola de pescado, colmillos que sobresalían de sus mandíbulas caninas y brazos tan largos que no parecían estar bien desarrollados y eran más tentáculos por la forma en que flotaban.

Unos nos observaron y se agitaron dentro de su contenedor, inquietos cuando nos vieron pasarlos, pero Bateman no les prestó atención, solo continuó caminando con paso firme y sin inmutarse.

Cuerpo Frío, Corazón CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora