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Título:«Love Starts With A Coffee». (Parte 10).

El tic tac del reloj era desesperante. Normalmente el sonido no le molestaba, no le importaba, pero ya había entrado la noche. Peter llegó a la hora del almuerzo y se pasaron la tarde jugando con los bebés (al menos Peter) y horneando galletas. Eran una familia. Peter consideraba a Steve su otro padre, aunque el rubio sólo estaba ahí desde el día anterior. Le tomó aprecio y cariño rápidamente.

Ahora los bebés se negaban a dormir. El llanto de uno de ellos lo siguieron los demás. Bastante empatía tenían para el momento de llorar pero, apenas Steve se iba a descansar o cerraba los ojos, el llanto se intensificaba.

—Rubén, ¿qué tienes,mi amor? —con el bebé en brazos, lo arrullaba pero el niño no dejaba de chillar. Lo olió y descartó el pañal, estaba limpio. Tampoco tenía fiebre. Lo más probable era que tuviera hambre. —Mi chiquito. —dijo con ternura mientras el bebé succionaba su pezón.

Daniel, celoso de su hermano, chilló más fuerte y Steve lo cargó para, de igual forma, darle pecho.

El problema era cómo callar a los otros dos. Suspiró y se iba a levantar del sillón pero un leve gruñido lo salvó, literalmente. Peter tenía cara de chihuahueño rabioso por los chillidos.

—Hola, cielo.

—¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte? —murmuró el chico.

—En la pañalera hay biberones.

Fue todo lo que necesitó escuchar Peter para tomar en brazos a Camilo y David y los alimentó con los biberones. Se sentó al lado de Steve y recostó su cabeza en el hombro de éste para continuar durmiendo. Steve sólo pensaba. ¿Qué clase de pacto había hecho para merecer a estas personas en su vida? ¿Sería que en otra vida fueron destinados Tony y él y no lo sabía? ¿Sería que el universo finalmente se apiadó de él y le envió un ángel guardián?

Empero, no era lo único en lo que pensaba. Pensaba en tantas cosas que, si las dijera, no tendrían sentido.

Tan sumergido en sus pensamientos se hallaba que no se dio cuenta de la presencia de Tony hasta que sintió unos labios sobre los suyos propios. Correspondió el beso dejándose llevar por el caudal de sentimientos en su interior.  Se separaron para poder respirar, aunque era lo último que querían hacer con tal de continuar derramando miel.

El hecho de contemplar a Peter dándoles biberón a dos de los bebés y su carita de angelito mientras descansaba en el hombro de Steve derritió el corazón de Tony. Le traía recuerdos, uno en específico no era agradable y por eso procuraba olvidarlo.

—¿Te encuentras bien? —la pregunta de Steve lo hizo sonreír. Este chico era todo lo bueno que existía en el mundo. ¿Por qué le pasaban tantas cosas malas?

—Tengo a mi familia conmigo. Es todo lo que necesito.


Love Starts With A Coffee ☕ (Stucky/Stony) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora