Título: «Love Starts With A Coffee». (Parte 12).
—Mamá, ¿puedo...?
—Ya te dije que no saldrás a la calle. ¿Tienes alguna idea de la cantidad de delincuentes que hay allá afuera? —lo amonestó su madre. —Ahora, ve a darte un baño y ponte tu mejor ropa. Vienen tu suegro y futuro esposo, así que prepárate.
Todo estaba listo para la cena de esa noche. Steve asintió y subió a su habitación. Tenía tan sólo 13 años. Lo que necesitaba era vivir una adolescencia normal, no ser el futuro esposo perfecto cuando ni siquiera tenía la edad para buscar una relación. Tampoco es que le interesara. El hijo del señor Barnes era bastante guapo, claro que sí, pero también era mucho mayor que él. Cuando se conocieron, Steve apenas era un niño de 8 años y Bucky había cumplido los 14. Actualmente, el apuesto joven Barnes recién cumplía 20 años y a nadie le molestaba, aparentemente, que cortejara a un chiquito que bien parecía más su hermano menor.
—Estoy listo. —dijo en cuanto bajó y su madre alzó la mirada.
—Recuerda las reglas. Siéntate derecho, sonríe siempre sin importar qué y calladito te ves más bonito. ¿Quedó claro?
Un nuevo asentimiento fue la respuesta. Por supuesto que le había quedado claro. Esto dejaría cicatrices permanentes muy dentro de él.
★
En la cena...
—Sarah, querida suegra. —el joven castaño tomó la palabra. —Mis disculpas si es una molestia, pero quiero pedirle la mano de su hijo en matrimonio.
—No es ninguna molestia. —la mujer soltó una pequeña risa. Su yerno le caía bien y le parecía el mejor prospecto para su hijo.
—En cuanto se casen, queremos nietos. —intervino Rasem, el padre de Bucky. —Y engórdalo un poco. Dale un sándwich o qué sé yo. Pobre chico, no aguantará nada. —dijo compasivamente mirando lo flaquito que era Steve, que sólo tenía ganas de salir corriendo y sonreía incómodo.
Su madre, desesperada por casarlo, lo instruyó ella misma. Le dio clases particulares y le inculcó la antigua tradición de su familia, esa que nadie podía romper. Fue modelando al niño a su antojo poco a poco. Zapatos de tacón desde la niñez, etiqueta y protocolo, trajes ajustados que remarcaran el área de la entrepierna y el trasero... Eran pocas de las múltiples torturas a las que lo sometía. Sobre todo las clases de bordado, tejido y cocina. Todo era esencial. Buscaba hacer de él el típico esposo ideal. Ya la inocencia y los encantos del chico harían el resto.
Esa misma noche, ambos jóvenes se comprometieron. Steve se vio obligado a darle el sí. Para eso fue entrenado por tantos años, ¿no?
Se excusó diciendo que le dolía el estómago y subió a su cuarto. Nadie lo detuvo. La típica mentira piadosa que siempre funcionaba. En cuanto los invitados se fueran, sabía que su madre desquitaría su enojo con él. Se preparó mentalmente para lo que venía.
★
—¡Te. Dije. Que. No. Hicieras. El. Ridículo! —Uno, dos, tres... Los cinturonazos aterrizaban sobre el frágil y delicado cuerpo del joven, que suplicaba por piedad. —¡Eres un inútil! ¡Me tienes harta! ¡Cásate y lárgate! ¡Haz algo bien por una maldita vez en tu patética vida!
Los golpes se detuvieron, así como el llanto de Steve. Garganta seca y ojos llorosos e hinchados no eran nada comparado con su corazón roto. Se dijo que podía soportarlo. Tenía que aceptarlo de una vez por todas: su madre tenía toda la razón: era un inútil, un estorbo.
Él nunca debió existir.
Él no pidió nacer.
Ahora sólo quería morir.
ESTÁS LEYENDO
Love Starts With A Coffee ☕ (Stucky/Stony)
ספרות חובביםTony y Steve se conocen por medio de un café, pero la vida de Steve es un infierno. ¿Tony se las jugará por él?