Ni siquiera desayunó. En lo único que su cerebro podía pensar era en patinar. Por eso salió de casa tan pronto. Tampoco se despidió de sus padres ni de sus hermanas, ya que seguramente seguían durmiendo. Pero para que su familia no se preocupara, dejó una nota encima de la mesa del comedor."He ido a dar una vuelta, probablemente vuelva a la hora de comer :)".
Para ser precisos, se dirigía al skatepark. Este se ubicaba a unos cuantos metros de su casa. Era un lugar bastante concurrido y popular. Quería estar tranquilo y practicar con su monopatín sin que nadie estuviera alrededor. Esa fue la principal razón por la cual se levantó temprano. A esa hora casi nadie rondaba por allí.
Era verano, hacía calor y los rayos de sol iluminaban la cálida sonrisa de aquel chico pelirrojo. Iba montado en un skate naranja. Se deslizaba de lado a lado y de vez en cuando lograba realizar algunos saltos. Estaba bajando por una carretera bastante empinada, eso hizo que su velocidad aumentase notablemente.
Alzó la mirada y vio a un chico con el pelo azul celeste. Este estaba agachado y mantenía las manos alrededor de su cabeza. Parecía confundido y además estaba en medio de la calle.
—¡Eh!— el pelirrojo alzó la voz para intentar llamar la atención de aquel misterioso sujeto —¡Oye ten cuidado!— nada, no había respuesta, aquel chico parecía estar en su propio mundo, aislado de la realidad.
El chico del monopatín estuvo casi a punto de atropellarlo, fue ahí cuando el otro adolescente se percató de la situación y pareció despertar de aquel trance. El pelirrojo tenía buenos reflejos así que por suerte no colisionó contra el pobre chico. Realizó un ollie impulsando la tabla con el pie trasero y levantando el delantero hacia arriba. Como resultado, obtuvo un perfecto salto. Sobrevoló al de pelo azul y aterrizó en el asfalto.
El otro chico seguía en el suelo. Tenía el cabello alborotado y brillante. Sus ojos también estaban brillando y una gota de sudor caía por su frente.
—Eso ha sido increíble— lo dijo en voz baja, como si no esperase una contestación.
—¡¿A que si?! El skate es realmente genial. Por un momento pensé que me estamparía contra ti y el suelo, menos mal que no ha sido así— el pelirrojo soltó una risa y continuó hablando —¡¿Tú patinas?! Si no es el caso, podrías probarlo alguna vez. Es muy divertido— se quedó mirando el cielo unos segundos y giró la cabeza bruscamente hacia la persona que se encontraba enfrente de él.
—¡Oye no cambiemos de tema, eso ha sido muy imprudente! No deberías estar en medio de la carretera. Es peligroso, ¿sabes?— su voz tenía un tono de preocupación.
El cerebro del otro chico echaba humo. Demasiada información en tan pocos segundos. Soltó un suspiro y observó al pelirrojo.
Fue ahí cuando sus miradas se cruzaron por primera vez. Era como si el cielo y la tierra hubieran conectado.
—¿Puedes verme?— preguntó. Le temblaba demasiado la voz. Sentía que en cualquier momento podría ponerse a llorar. Se levantó del suelo despacio y al hacerlo su cuerpo se tambaleó.
—¿Pero qué dices? Pues claro que puedo. ¿Por qué no debería?— contestó el pelirrojo alegremente.
—Porque estoy muerto.
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Espero de corazón que disfrutéis esta historia.
De antemano, pido perdón por las faltas o errores que pueda haber.
Por cierto, en TikTok encontraréis un pequeño montaje/tráiler de este fanfic. Mi usuario es el mismo que el de Wattpad.
Nos vemos en el próximo capítulo.
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Ayúdame a Cruzar al Otro Lado
RomanceLos dos hicieron una promesa. -Ayúdame a cruzar al otro lado. El chico pelirrojo se quedó estático y lo miró fijamente. -¿Cómo se supone que debo hacer eso? -No lo sé, pero creo que juntos podemos encontrar una solución. -Está bien, haré lo que se...