Dos adolescentes se miraban fijamente. Un silencio sepulcral había llenado la habitación por completo.
El pelirrojo sujetaba con seguridad la carátula de una película que parecía ser bastante antigua. Fue una suerte encontrarla, pues hacía años que no la veía, incluso pensó que se había perdido en el interior de aquel desordenado estante. El nombre de este filme no se mostraba en el CD, sin embargo, Reki recordaba perfectamente la trama.
Ambos chicos se observaban sin decir nada.
Langa empezó a ponerse nervioso. Toda esa inquietud se veía reflejada en su pálido rostro. El comentario que su amigo había soltado lo dejó intrigado y plagado de incertidumbre.
—¿Qué quieres decir? —exclamó intentando mantener la calma.
¿Qué clase de idea había pasado por su mente? ¿Sería efectiva? ¿Podría cruzar al otro lado? Las respuestas a aquellas preguntas dependían de Reki. Solo hacía falta escuchar lo que tenía que decir.
Pero el chico no soltaba prenda. Se había quedado absorto en sus pensamientos.
—¿Reki? ¿Hola? —Langa se acercó a él. Pasó su mano por delante de los ojos del chico y la movió repetidas veces intentando llamar su atención—. ¿Estás bien?
Ante tal gesto, el contrario reaccionó sobresaltado.
—¡Sí! Perdón, me he quedado embobado —contestó riendo de forma nerviosa mientras se tocaba el pelo.
Y era cierto, se había distraído. Su interés estaba puesto en los ojos azules de Langa. Le encantaba mirarlos. Además, esta no era la primera vez que se quedaba pasmado por culpa de ellos.
—Bueno, volviendo al tema... —Aclaró su garganta, hizo una pausa y continuó con su explicación—. Creo que esta película nos ayudará a encontrar soluciones.
El muchacho alzó el disco y se lo mostró con emoción.
—¿Eh? —El de cabello largo hizo una mueca.
No sabía como una película, la cual ni siquiera había visto, podría ayudarlo con sus problemas fantasmagóricos.
—Sé que suena extraño, pero primero déjame explicarte de qué trata la historia y después te diré lo que he pensado.
Reki sonrió de forma amable. Una expresión considerada natural y común entre los humanos, aunque la del pelirrojo tenía un efecto totalmente diferente en el corazón de Langa, haciendo que este revoloteara al igual que una mariposa.
De hecho, esa sonrisa bastó para convencer al joven.
—Está bien, te escucho.
Ambos se sentaron, apoyando sus rodillas sobre el suelo. El otro adolescente lo contempló aún más emocionado y comenzó a hacer una pequeña sinopsis de la película.
—"La historia se centra en una chica de secundaria. Esta persona lo estaba pasando realmente mal en el instituto. Sus compañeros le hacían bullying, sus notas estaban cayendo en picado y para colmo, la situación en su casa tampoco era buena. Por esta razón decide suicidarse y dejar todo atrás. Al hacerlo, se da cuenta de que no ha muerto, o al menos no del todo. Durante la película, la joven intenta descubrir por qué no ha podido ir al cielo. Se pregunta por qué todavía puede ver a los demás, ya que en teoría había fallecido. Finalmente, se da cuenta de que para poder estar en paz tiene que cumplir ciertos objetivos. Cosas que nunca pudo realizar en vida."
Al acabar de narrar, Reki inhaló una gran cantidad de aire y observó detenidamente a su amigo, el cual estaba intentando procesar la información.
—Es interesante, pero triste —anunció rompiendo el silencio y refiriéndose al filme.
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Ayúdame a Cruzar al Otro Lado
Roman d'amourLos dos hicieron una promesa. -Ayúdame a cruzar al otro lado. El chico pelirrojo se quedó estático y lo miró fijamente. -¿Cómo se supone que debo hacer eso? -No lo sé, pero creo que juntos podemos encontrar una solución. -Está bien, haré lo que se...