"Querido Diario: Me enamoré"

Capítulo 6

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"Risitas"

Saben perfectamente para que me he presentado al comienzo del capítulo. Páginas del mismísimo diario de Rebecca Blanc. Por el amor a Tom Holland, no esperemos ningún momento más.

"Querido diario"

¡Tengo tantas cosas por contarte! Sé que tardé algunos días pero es que con la mudanza y nuestra nueva vida aquí apenas tuve tiempo para salir a conocer el pueblo.

La fiesta que habíamos planeado salió perfecta, mucho mejor de lo que imaginaba; era como un sueño hecho realidad.

Asistieron una gran cantidad de invitados, la comida fue halagada múltiples veces al igual que las decoraciones. Los vecinos son personas muy... normales.

Las familias tienen entre uno y tres hijos, son todos iguales y muy sencillos pero con un estilo elegante y correcto. Muy correcto para aclarar. Utilizan frases cortas y parecen no tener expresión alguna en sus caras; sonrisas sin mostrar dientes y ojos bien abiertos. Las conversaciones sobre política o sobre la más reciente noticia en el periódico demuestran su inseguridad hacia nuevas personas o de no querer revelar algo muy personal.

Pero creo que es la forma adecuada de relacionarse. No tengo mucha experiencia sobre eso ya que la mayoría de mis amistades fueron cortas y las de Internet los conocí de forma aleatoria, aunque estos siempre buscando un tema en específico.

Los adolescentes no vienen con ese filtro incluido, ¿o sí?

La familia Rossi fue la última en llegar, eran los padres del "chico gel". Me parecieron bastante diferentes a los demás, rompían el orden perfecto que todos los presentes habían creado desde el momento en que se presentaron. No eran réplicas similares como las demás familias.

La señora Rossi no combinaba su vestido con la corbata de esposo o su hijo no tenía el mismo color de ojos que ella como todos los demás niños con sus padres. Eran diferentes y eso me hizo sentir mucho más cómoda. La señora Rossi me pareció una mujer muy hermosa, esbelta y con una seguridad que me dejó impactada. Su esposo, un señor muy mayor, es bastante callado pero amable y cariñoso. Y su hijo es diferente a su hermano mayor, por lo poco que pude comparar. Carlo es curioso y gracioso, es un niño animado y le gustan los dinosaurios, tanto que se pasó toda la tarde contándome de cada uno de ellos.

Dos días después, sigo sin saber por qué me sentía tan bien con ellos. ¿Por qué esa familia me parecía más fascinante que las demás? ¿Por qué me sentí más cómoda a su lado? ¿Por qué sentí que estaba protegida?

Como sea, su hijo mayor no asistió, pero su madre nos comentó que tenía un compromiso y que hasta nos volveríamos a ver porque somos vecinos muy cercanos. ¡Demasiados cercanos para mi gusto!

Desde que nos contó que su casa está justo al lado de la nuestra, no he podido dejar de acercarme a la ventana, aprovecho cada momento que tengo y hasta creo que voy a pedirle a mi padre para mudar mi escritorio frente a ella. Suena acosador pero me parecen interesantes y además la vista me tranquiliza, ver los árboles y las nubes.