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"Pequeñas conversaciones"
Al dejarla King en su casa, Becca no podía asimilar lo que acababa de suceder y de lo que pasaría luego.
Entró silenciosamente a su casa, se aseguró de que el cerrojo de la puerta estuviera bien puesto y subió con mucha energía las escaleras. Controló varias veces de que sus padres no estuvieran despiertos y pasó a su cuarto, en donde apenas cerró la puerta, emitió un grito ahogado y dio saltitos cortos.
Su corazón latía al máximo, chispas imaginarias salían de su cuerpo y su ser desbordaba emoción. Siempre había tenido aventuras, pero sólo con las mismas personas, o sea sus padres. Pasar tiempo y salir con un nuevo grupo era distinto, no sabría qué sucedería o si sería peligroso hasta el momento que lo tenga de frente, pero ella tenía fuertes esperanzas.
Los libros contaban historias deslumbrantes sobre amigos y aventuras, en donde resuelven misterios y descubren amores secretos. Ella creía en eso.
Ella creía en lo irreal.
Pensó en sacarse el pijama prestado, pero al final decidió dejarse sólo la franela puesta y cambiar el pantalón, que había quedado muy sucio debido a la caminata, al igual que las pantuflas. Las dejó en el suelo para lavarlas cuando despertara y se metió entre las sábanas e intentó dormir, evitando pensar en todo lo que sucedería dentro de un día.
En otro punto de la ciudad, Max caminaba enfadado. Sus pies golpeaban fuertemente el suelo por cada paso que daba, esparciendo arena y pequeñas piedras por todos lados.
Sentía que no debería haber dejado que ella se meta en algo así, conocía a las personas dentro de ese grupo y sabía que algunas de ellas se aprovecharían de su persona para lograr sus objetivos.
Era muy inocente para aquello, debía ser más fuerte y madura. La conocía lo suficiente para saber que sólo pensaba en diversión y experiencias nuevas, pero él sabía lo que existía allí afuera, y la quería proteger.
Y así fue, como esa noche, expuesto al frío viento de la madrugada y la luz de la luna, Max Rossi aceptó el desafío de conocer a la verdadera Rebecca Blanc, con sus secretos y gustos. La vigilaría e intentaría protegerla antes de que todo el tema se volviera más fuerte.
Y lo haría antes que King.
(...)
Apenas amaneció, Becca revisó su móvil atenta a nuevos mensajes. Su cuerpo completo dejó de funcionar en cuanto vio la notificación de su página de fotos.
Entró en la aplicación y buscó el sector de mensajes, un número desconocido había dejado 3 mensajes nuevos. Dudó antes de leerlos pero la curiosidad y el miedo la mataban, así que en contra de sus instintos y con una falta de seguridad inmensa, seleccionó el chat.
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"Querido Diario: Me enamoré"
Teen FictionUn viaje en carretera que termina en una mudanza repentina. Un pueblo con extrañas personas: "Es mejor no venir nunca acá", "no metas tus narices en dónde no te incumbe", "si tus vecinos hablan bien frente tuyo, hablan mal a tus espaldas". Un diari...