𝟐𝟏 - 𝑰 𝒈𝒖𝒆𝒔𝒔 𝒊'𝒎 𝒊𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆

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𝕍𝔼𝕀ℕ𝕋𝕀𝕌ℕ𝕆

Oh, estoy obsesionado con la forma en que tu cabeza está en mi pecho.
¿Cómo amas las cosas que odio de mí? Y nadie lo sabe, pero contigo, veo esperanza otra vez.

Oh, soy un desastre cuando pienso demasiado las pequeñas cosas en mi cabeza. Parece que siempre me ayudas a recuperar el aliento, pero luego lo pierdo de nuevo cuando te miro.

Ese es el final.

¿Y por qué me pongo tan nervioso cuando te miro a los ojos?
Las mariposas no pueden detenerme caer por ti.

Y cariño, esto es más que cualquier cosa que haya sentido antes
Eres todo lo que quiero, pero no pensé que encontraría alguien que valga la pena la espera de todos los años de mi desamor
Pero ahora sé que te he encontrado.

Semana 29

Han pasado ya tres semanas desde que Seth y Adam decidieron comportarse como los adultos racionales y responsables que son. Tres semanas en las que no ha pasado un solo día en que ellos intenten hacerme cambiar de opinión sobre la decisión que ya he tomado. Los primeros días me bombardeaban con indirectas, después de la discusión en el parking, y en casa. Luego decidieron ser más directos y atacar de lleno con sus negativas. Aun los ignoro.

Al día siguiente de la consulta llamé a la matrona y concertamos una cita para que ella me explique su método de trabajo y como haríamos las cosas. A mí me llenó de confianza mientras que los chicos terminaron aterrorizados, sobre todo cuando mencionó que no habría epidural y que ella sería la única con nosotros. Los chicos no pararon de acosarla con preguntas, las cuales la mujer respondió con paciencia y algo divertida de que ellos estuvieran más preocupados que yo.

También Seth y yo comenzamos las clases de preparación al parto, las cuales han sido más entretenidas de lo que creía. Estoy trabajando más en la respiración que en cualquier otra cosa, porque es lo que más me preocupa y se supone que es lo más efectivo.

―Me pones jodidamente cachondo en esa postura―Había murmurado mi novio en mi oído mientras me veía balancearme y dar saltitos sobre la pelota de pilates.

Éramos los más jóvenes en el lugar y los únicos que se tomaban los ejercicios con diversión. Tal vez más de la debida, pero no podíamos evitarlo.

―¿Puedes enseñarme lo cachondo que te pongo cuando lleguemos a casa?―Intenté sonar inocente, mientras disimuladamente llevaba mi mano a su entrepierna. ¡Dios! Mis pezones ya estaban duros por la excitación y emoción por lo que llegaría y él ni siquiera me había tocado.

Nada más llegar a casa mi novio no tardó mucho en estar sobre mí y despojarme de mi incómoda ropa, claro que deshacerme de las converse al mismo tiempo que los pantalones se llevó gran parte del tiempo y acabamos estallando en risas.

El resto de los días fue más de lo mismo: Sexo, risas, mucha comida y películas. Estudiar también ocupaba mucho de mi tiempo, sobre todo las noches que se me complicaba dormir. En esos momentos mis apuntes y Jaxon eran mis grandes aliados, por lo que acabábamos estudiando por facetime.

―Creo que si trataras a Vanessa de la misma forma que me tratas a mí, ella no creería que eres un idiota―Vale, también tenías un rato para cotillear.

Escucho su risa acompañada de su mirada somnolienta, pero teníamos que estudiar y mientras tomamos un descanso, aprovecho para darle algún tipo de sermón. Él solía decir que ya estaba empezando a entrar en el modo madre.

𝓞𝓫𝓼𝓮𝓼𝓼𝓲𝓿𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora