𝟏𝟏 - 𝑰𝒓𝒊𝒔

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𝕆ℕℂ𝔼

Y no puedes luchar con las lágrimas que no vienen, o el momento de la verdad en tus mentiras. Cuando todo parece como en las películas, si, sangras solo para saber que estás vivo.

Me cuesta un buen rato decidir que pijama será el correcto para esta noche. Si, lo sé. Es un momento cualquiera, pero para mí es bastante especial. Estoy poniéndome los pantalones cuando Lisa irrumpe en la habitación cargada con las cajas de pizzas y sobre éstas una bandeja con las bebidas, chucherías y chocolate. Sonrío de forma genuina, yendo hacia ella para ayudarle con las cosas. Las dejamos sobre el escritorio, apartando en el proceso el ordenador portátil y algunos libros.

Nos cuesta un poco decidirnos por una película que nos guste, no porque tengamos gustos distinto, todo lo contrario. Nos cuesta decidirnos, porque no hay ninguna que nos llame del todo la atención y esté acorde con el momento. Finalmente optamos por una de terror, Lisa es una gran aficionada a este tipo de películas y yo también.

Nos acomodamos en la cama una al lado de la otra, con la bandeja y cajas de pizza frente a nosotras. Tiene el cabello oscuro recogido en una coleta alta con algunos mechones suelto tanto al frente como en el lado de las patillas, luce radiante a decir verdad, tan desenfadada. No está usando maquillaje tampoco y aun así la piel la tiene lisa y resplandeciente. Es raro verla de esta forma, porque aun para estar solo en casa siempre está impecable y elegante. Se ve aun más joven de lo que es.

Es la primera vez que la veo comiendo pizza, para ser sincera esperaba verla con los cubiertos, pero no al parecer es tan humana como todos y se la come a bocados y a veces arrancando trocitos que se lleva a la boca casi de inmediato. Debo admitir que estoy más atenta a lo que hace ella que a la película y comer yo misma.

No hablamos mucho al principio, pero al igual que antes ella da el primer paso comentando algunas escenas de la película, riendo en ocasiones por las acciones tan estúpidas que toman los protagonistas. Poco a poco empiezo a soltarme y a comentar con ella.

Relájate, me digo mientras me acomodo mejor en la cama. Siento, de alguna forma, como el corazón se me hincha un poco y me late con fuerza con cada interacción que tenemos, sobre todo cuando en un momento hago un comentario sobre la película y ella parece tan divertida que se ríe con fuerza y me da un corto abrazo mientras sigue riéndose.

Parece no notar lo que causa en mí, pero secretamente se me llenan de lágrimas los ojos y se me corta la respiración.

No lo estropees, Alice.

Intercambiamos más opiniones y comentarios hasta que terminamos con la pizza y la película.

-No puedo creer que no haya muerto-Admite con cierta decepción cuando acaba la película. Se incorpora y camina hacia al baño sin articular palabra alguna.

-Lo sé-Digo, siguiéndola con la mirada-. Supongo que lo necesitan para una próxima película.

Espero tumbada en la cama hasta que mi madre vuelva, pasan a penas unos 30 segundos cuando la veo aparecer otra vez, entonces es mi turno de ir al baño. Me lavo las manos y la cara. También aprovecho y paso mis manos mojadas por el cuello intentado ignorar algunas de las marcas rosáceas que Adam ha decidido hacerme. Con el cabello hacia delante no son visibles, aún así siento que todo el mundo podrá verlas y saber lo que he hecho la noche anterior. Se me encienden las mejillas de solo pensarlo así que vuelvo a lavarme la cara, esta vez con agua fría para quitarme el calor que de repente he empezado a sentir.

𝓞𝓫𝓼𝓮𝓼𝓼𝓲𝓿𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora