𝓞𝓫𝓼𝓮𝓼𝓼𝓲𝓿𝓮

𝟐 - 𝑻𝒉𝒆 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒕 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒔 𝒘𝒉𝒂𝒕 𝒊𝒕 𝒘𝒂𝒏𝒕𝒔

CAPÍTULO DEDICADO A: _MaryDY  

𝔻𝕆𝕊

Cuando estaba sobre... y estaba pensando en...
Me sentía como que aunque le conocía, y sabía que... conocía su corazón,
y sabía que no lo haría para hacerme daño...
pero no me di cuenta de que me sentía tan confiada, sintiéndome tan bien conmigo misma, y entonces simplemente se hizo añicos por una sola cosa, por algo tan estúpido... pero entonces tú me hiciste sentir como una loca, me hiciste sentir como que era culpa mía, me dolía.

ALICE

Me muevo un poco incómoda en el asiento. El aire gélido del aparato de aire acondicionado pone la piel de mis piernas y brazos de gallina. Me froto los brazos con mis manos intentando calentarme un poco, estoy mucho más incómoda que antes. Entspannen, Alice. (Relájate, Alice)

Cruzo las piernas bajando lo más que puedo el borde de la falda que Mia me ha convencido de ponerme. Las pulseras en mis manos hacen contraste con el francés de mis uñas. Me sentía infantil, elegante y madura, ¿era posible eso? Las pulseras me hacían sentir que había retrocedido años de recuperación mental. Estaba de nuevo siendo la Alice antes de Seth.

Durante este tiempo en Alemania había podido darme cuenta de lo dividida que estaba ahora mi vida, en tres simples partes que esperaba que en un tiempo fuesen antes, durante y después. Y no antes de Seth, durante mi relación con Seth y después de Seth.

Cada etapa había sido completamente distinta a la otra. La más feliz y mejor fue mi vida durante mi relación con Seth. La peor fue cuando aún no lo conocía, es decir, mi vida antes de Seth. Llorando con frecuencia por la falta de afecto de sus padres o la supuesta muere de su mejor amiga. Cortándose las muñecas con regularidad para castigarse o huir de los problemas. Vomitando todos los días para intentar ser alguien perfecta. Soportando el bullying de niñas que se creían mejor que yo y perfectas. Era un completo desastre, ahora podía darme cuenta.

Recuerdo mi tiempo con Seth como el más feliz de mi vida. Erbärmlich (Patética). Había dejado de vomitar y cortarme con tanta frecuencia, si. Pero Seth me había hecho más daño que cualquier cuchilla o mis dedos en la garganta para expulsar lo poco que había comido. Él me había más daño que cualquier otra persona.

Y ahora, mi presente, lo odiaba. Odiaba no poder comer, lo intentaba con todas mis fuerzas, pero tenía el estómago cerrado constantemente y no entraba ni un solo pedazo de comida. Si bien ya no me cortaba, no soportaba verme en un espejo por más de tres segundo. Casi no podía dormir si no tomaba pastillas para hacerlo. Pero lo que más me costaba era dejar de llorar. Había vuelto a ser una llorona desquiciada.

Me odiaba.

-Estás muy pensativa hoy, ¿Qué ronda por tu cabeza?-John pregunta con suavidad. Levanto mi cabeza y lo miro. No sé ni por dónde empezar a contarle lo que tengo en mi cabeza. Era un desastre de ideas y nada a la vez.

John es mi psicólogo desde hace un par de años, desde que estaba saliendo con Seth lo es. Era mi pequeña vía de escape cuando no sabía cómo manejar ciertas situaciones. Me ayudó a controlarme a mi misma e intentar apaciguar el carácter de Seth. Aparte de mi terapeuta también es el hermano pequeño de Derek, es decir, mi tío. No lo supe hasta que él viajó conmigo a Alemania. Los tres sabíamos que era lo mejor.