5⬜

410 30 8
                                    

—Katsumi-san, levántate. —me dijo Tokito mientras pinchaba con su espada de madera, mi espalda.

—No quiero. Me niego. Es muy difícil vencerte.

—Tienes que hacerlo, serás mi Tsuguko, tienes que tener el mismo poder de fuerza que yo e incluso superarme.

—Eso es imposible, Tokito-kun. —le miré haciendo un puchero.

Tokito suspiró y se puso de cuclillas.

—¿Quieres intentar pelear con espadas reales? —preguntó neutral.

—¡¿Eh?! —grité. ¡¿Cómo podía decir algo tan peligroso como si fuera un juego de niños?!

—Es que te estás conteniendo hasta con una espada de madera. Cuando ese herrero extraño vino a dejarte la espada, corriste a tu habitación y no saliste hasta que yo fui.

—Lo sé, soy una cobarde.

—Sí.

«Gracias».

—Vamos, levántate. Si quieres ser una cazadora, tienes que perder esa cobardía. No llevamos ni entrenando una hora.

—Lo sé...

Qué vergüenza estar recibiendo un regaño de alguien menor.

—¿Preparada? Sabes que no me voy a contener.

Asentí y me puse en posición de defensa. Tokito realizó una de sus técnicas y pasó por mi lado golpeando mi abdomen con su espada de madera. Maldije en voz alta.

Llevamos entrenando una semana, la semana anterior, Tokito-kun, se encargó de enseñarme la respiración de enfoque total. Y lo logré, pero fue un total infierno. Si dejaba de realizarla mientras dormía, Tokito me lanzaba un vaso de agua helada y yo despertaba de golpe, fue realmente una semana en la que no pude dormir casi cuatro noches.

Ahora que puedo mantenerla, se hace más "fácil" realizar las técnicas de Tokito. El tema aquí, es que no he movido ni un músculo.

—Vamos, eres aburrida.

—Tengo miedo de dañarte.

Tokito hizo una mueca.

—Me da igual si me golpeas, tonta. Es un entrenamiento, si logras golpearme o botar mi espada, es porque ya estás lista para usar unas de las técnicas. Ten en cuenta que ahora es combate directo. Así que detén mis ataques.

—Vale.

Tokito se lanzó nuevamente hacia mí sin piedad, y logré poner la espada de madera frente mío frenando su ataque. Tokito tenía la intención de pegarme con su mano, pero fui más rápida y logré agachar mi cuerpo y pasar tras de él para luego pegarle una patada en la espalda provocando que él cayese de boca.

Me quise reír, pero mi lado más amable salió a la luz y rápidamente solté la espada y corrí a ayudarlo. Le ayudé a incorporarse y me sentí mal al verlo con la nariz sangrando.

—Tokito-kun...

—Felicitaciones. —me dijo y me sonrió.

Esas sonrisas provocaban que la niebla de mi corazón se despejara. Era tan sincera y tierna que me daban ganas de besarle todo su rostro. Pues Tokito no era de mostrar emociones ni mucho menos sonreír, pero esas pequeñas sonrisas me las guardaba con cariño en mi corazón por si algún día nos teníamos que separar.

—N-no me felicite. Deje limpiar su sangre.

—Está bien. —dijo—. Iré yo. Puedes descansar.

—Pero...

—Te lo dije, ¿no? Cuando lograras golpearme, íbamos a comenzar con las respiraciones. Así que descansa, porque lo demás puede costarte.

Asentí e hice una pequeña reverencia para entrar a la finca. Me sentía feliz por haber sido capaz de "vencerlo". Entré a mi habitación y tomé la espada que descansaba en una repisa. El herrero, llamado Haganezuka, me contó que era una buena espada y que le fue difícil sacar el oxido del acero, a lo que yo sólo asentía sin entenderle nada, pero era para no ser descortés.

La dejé en su lugar y sonreí.

—¿Esto era lo que querías decirme padre?

Una brisa entró a la habitación y sonreí.

—Ya veo.

Tokito entró a mi habitación con una bandeja con onigiris y dos tazas de té.

—He traído esto. Debes tener hambre.

—Gracias.

Agradecí por la comida y comencé a comer.

—¿No te sientes solo viviendo aquí siendo tan solo un niño? —le pregunté sin mirarlo.

—No. Esta finca pasaba prácticamente abandonada, pero me alegra saber que hay alguien esperando por mi regreso. —dijo y sentí mi abdomen apretarse.

Esa sensación nuevamente.

Tokito terminó de comer y me esperó para luego llevarse la bandeja. Suspiré derrotada y me puse a pensar en lo poco que quedaba para la selección final. Tenía que lograrlo, tenía que pasar aquella prueba ya que no debía echar a perder los esfuerzos de Tokito por entrenarme.

Puede que sea una cobarde, pero si este es mi destino, debo aceptarlo cueste lo que cueste y vengar a las familias que han sido asesinadas a manos de estos monstruos.

Me puse de pie y salí de mi habitación. Tokito estaba entrenando. Sus movimientos eran tan efímeros y limpios que muchas veces me quedaba embobada viéndolo. Era un chico fuerte. Muchas veces me preguntaba por qué había nacido con cuerpo con débil y pequeño, pues eso se me hará difícil a la hora de cortar la cabeza de los demonios, pero Tokito me dijo que no me preocupara, que mientras pudiera saltar lo más alto que pueda y saber manejar las técnicas de respiración, todo iba a estar bien.

Dejé de lado la cobardía y me puse de pie.

—¡Tokito-kun! —exclamé con una sonrisa. Él detuvo la espada y me miró—. ¡Me uniré con usted si me lo permite!

Él asintió y con otra sonrisa más deslumbrante, comencé a entrenar con Tokito.

"NIEBLA" muichirou tokito x Lectora [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora