"NIEBLA" muichirou tokito x Lectora [PAUSADA]

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Podía sentir el olor de un demonio, y era tan potente y asqueroso que me daban ganas de vomitar ahora mismo. Katsuki tenía sujeta su mano contra una manga de mi traje, podía sentirlo nervioso, y eso no era bueno para mí, ya que me contagiaba sus nervios.

—Es aquí. —dije enfrente de un árbol.

—¿Eh?

—Aquí está el demonio. Katsuki-kun, te pido que tomes una distancia de un metro y medio. No quiero que este demonio te ataque a ti. Solo te hablaré cuando sea necesario, por ahora, déjamelo a mí.

Desvainé mi espada y la enterré en el tronco del árbol. Éste produjo un grito tan horrible que un pitido se produjo en mi oído segundos después. El árbol comenzó a deformarse dejando ver a un demonio grotesco e increíblemente horrible. Me recordaba al demonio que atacó a mi familia hace casi un año.

—¿Q-qué es eso, Katsumi-chan?

—No te acerques.

El demonio miró hacia abajo y se pasó la lengua por sus labios.

—¿Una niña viniendo hacia mí con su propia voluntad? Eso es nuevo, pero prefiero sentir los gritos de los niños al verme.

—¿Dónde están a los niños que capturaste, escoria? —escupí con rabia.

—Qué mal hablada. Es obvio que están en mi estómago.

Sentí mi sangre hervir y me lancé al ataque.

Aliento de la niebla. Sexta postura: niebla luz de luna.

Salté en su dirección ejecutando varios cortes de largo y corto alcance. El demonio nuevamente se quejó, lo que me hace pensar que lleva escondido en este bosque durante mucho tiempo y nunca antes había recibido cortes así. Caí al suelo de forma suave y miré a mi alrededor. Esta no era una zona muy favorable para luchar, habían muchos árboles y no quería cortar a ninguno con mis técnicas.

Miré el grotesco abdomen del demonio y bufé, debía darme prisa, si esos niños habían sido comidos hace poco, todavía había tiempo, pero ese demonio no tenía cuello, era casi imposible cortarlo, mi única opción era dejarme comer; así que dejé que él me consumiera.

—¡Katsumi-chan! —gritó Katsuki a la lejanía.

«Por favor, no te acerques».

—¡Hace muchos años que no comía una carne de mujer! ¡Esto va a estar delicioso!

Una vez dentro, el olor era increíblemente asqueroso, pero me lo aguanté. Debía destruir al demonio desde adentro sin dañar a los niños. Los busqué rápidamente y pude encontrarme con varios, la mayoría estaban desnudos gracias a que los ácidos del jugo gástrico rompió las ropas. Esa era una buena señal, pero lamentablemente, habían algunos que ya estaban muertos.

Me acerqué a unos cinco que estaban abrazados.

—Hola pequeños —saludé con una sonrisa sincera, ellos me miraron con miedo—, no tengan miedo de mí. Soy su nueva amiga y los salvaré de este demonio, ¿si? ¿Quién de ustedes es Keiji-kun?

Un niño, de ojos azules como los de Katsuki, salió de los cinco niños que lo protegían, al parecer era el más pequeño, pero el más herido. El estómago comenzó a hacer sonidos raros por lo que supe que debía apresurarme. Me agaché a la altura de ellos y puse una venda pequeña en las heridas más grandes de todos.

—Escuchen, sus padres están esperando por ustedes, ¿si? Así que necesito que hagan todo lo que yo les diré.

Ellos asintieron y las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.